Punto de partida
la diabetes me los prohíbe a mí. Veo la sonrisa en el rostro de cada jugador, incluyendo al contrario, o los periodistas. Me gasto mi monedita, pero no me molesta, lo hago con alegría.
--¿Es una especie de cábala?
--Soy un gran cabulero, dejo 18 caramelos en la mesa y si alguno agarra más de uno le doy un sopapo. Siemcara), pre está el atrevido. Ahora pongo 22 o 23 porque se malacostumbró el cuerpo técnico (risas). También ruda, para que no pase nada raro. Una vez Luis Pekel venía sin poder anotar goles, se puso una ruda y cuando marcó me llamó: ‘¡Mirá lo que tengo…!’. Era una hoja de ruda en la canillera. En la mesa de masaje hago de psicólogo, le hablo a los jugadores y me cuentan cuando tienen problemas o falta de trabajo; cosas que quedan en nosotros. Hay cosas que tengo que callar. Pero si es algo futbolístico jamás voy a traicionar al cuerpo técnico, le hago sentir al jugador de su importancia para el plantel, aunque no jueguen.
“He tenido jugadores como Pablo Cassola, que siempre fue suplente con
1983
Masajista. Lleva 30 temporadas trabajando. Nació el 24/01/49 y su esposa es Alicia Elena. Sus hijos: Gustavo, Mariela, Ricardo y Ramiro. 7 nietos, una nieta y Blas, el bisnieto.
Darío Bonjour. Jamás reclamó nada. O situaciones como la de Mariano Orsi, quien recientemente perdió a su papá y todavía está muy dolido. El padre era un referente importante, venía todos los domingos a los partidos", remarcó.
--¿Hay que ganarse el respeto del jugador?
--El respeto te lo ganás con amor y buenas palabras; la sabiduría que te dan los años. También he aprendido mucho de los silencios.
--¿Se siente integrado a los cuerpos técnicos?
--Sí. Soy auxiliar. Ya no se firma planilla como antes, pero estoy integrado. Hago mis rituales, creo en Dios por sobre todas las cosas y en cada palabra que le brindo a un jugador le digo que tiene esos valores porque Dios se lo dio.Hoy estoy masajeando a la tercera generación de jugadores de Libertad. Cristian, el nieto de Luis Pekel. Los jugadores son los verdaderos protagonistas, sienten amor por la camiseta.
--¿Cómo le reciben en canchas ajenas?
--Con cariño. No recibo agresión de las hinchadas rivales. Respeto mucho a los simpatizantes, los admiro. En mi casa hay bombos y banderas del club Libertad, porque mi hijo, el "curita" (Ramiro, quien tiene una marca blanca en la
“Antonella es coordinadora del fútbol femenino, donde soy masajista. Cuento con la aprobación de los padres, tengo gran respeto por ellas”.
es parte de la hinchada, como todos los Peralta.
--¿Se mete en las decisiones del DT?
--Cuando me sale. Una vez estando en una final me levanté y le dije a Bonjour: ‘Cerrá el partido’. Me mandó a sentarme: ‘Estoy por meter el tercero’. Y se perdió 3 a 2, pero murió con la de él; nos hemos puteado, pero siempre me dijo que me quiere como padre. En Tucumán ganamos con goles de Juan Abaca. Tiro Federal salió aplaudido. Y en Lincoln, cuando convierte Bruno Díaz y el equipo asciende. Ese día la hinchada acompañó, hubo gran festejo.
--¿Alguna vez lo expulsaron?
--Una vez, en Huracán. Tenía un muñequito en la mano, regalo de cumpleaños a mi hijo. Empecé a hacer piruetas y Víctor Hugo Iglesias le gritó al árbitro: ‘Es un macumbero…’ Roja. Me enfrenté cara a cara, pero no pasó a mayores.