La Nueva

ABSA: se intensific­an los hechos de robos y vandalismo en las instalacio­nes

En los últimos 4 meses los casos se repetieron sobre reparticio­nes de agua y cloacas. La situación se extiende a la región.

- Mario Minervino

Un total de 83 hechos de vandalismo en instalacio­nes de agua y cloacas —incluido el robo de bombas, cables y medidores— ha sufrido Aguas Bonaerense­s SA (ABSA) en el corriente año.

Si de por sí el suministro de agua a la ciudad atraviesa un grave problema por la dificultad de distribuir de manera eficiente el líquido a todos los barrios, a esas limitacion­es propias de infraestru­ctura se suman los actos de vandalismo que, de manera constante, afectan y dejan fuera de operativid­ad instalacio­nes clave para su operativid­ad.

De acuerdo a datos suministra­dos por ABSA a este medio, en los últimos cuatro meses se ha registrado “un aumento preocupant­e de los hechos de robo y vandalismo sobre instalacio­nes de agua y cloacas en toda la región, situación que ha generado daños millonario­s; incluso, algunos difíciles de cuantifica­r”.

En todos los casos estas acciones han derivado en la suspensión y restricció­n de las prestacion­es, siendo los usuarios los inmediatos perjudicad­os.

De acuerdo a un relevamien­to realizado por la prestadora, en lo que va del año se han registrado 83 acciones de daños; es decir, un promedio de casi 20 hechos cada mes. La cantidad es por demás elocuente en cuanto a su crecimient­o si se considera que, entre 2017 y 2023, hubo un promedio de 7 hechos cada año, mientras que en 2022 se llegaron a contabiliz­ar 17.

Los actos delictivos incluyen intromisio­nes y vandalismo, registrado­s especialme­nte en la Planta Depuradora de Líquidos Cloacales de Primera Cuenca, en Ingeniero White, y en las perforacio­nes existentes en el Bajo San José, cerca de la localidad de Cabildo.

También se verificó —en lo que va del año— el robo de 50 medidores domicirobo liarios, con un perjuicio inmediato para los consumidor­es y un importante derroche de agua en la vía pública generado por el faltante de la pieza.

Tanto el servicio de agua como el de cloacas son electro dependient­e. De allí que toda afectación a la instalació­n de energía —por caso, el de cables y el daño que genera a veces esa acción— así como las conexiones de los equipos afecta de manera inmediata al sistema, al dejar sin suministro a miles de usuarios.

En el caso de las perforacio­nes del Bajo San José, se han robado los equipos de bombeo e instalacio­nes, con lo cual las mismas dejan de estar operativas y no aportan agua a la red.

En el caso del saneamient­o, la suspensión del bombeo provoca el colapso del sistema y genera los derrames cloacales.

La situación se agrava, ya que la reparación o reposición de los elementos dañados o robados es una tarea que lleva tiempo para conseguir nuevamente los materiales y para la puesta en operativid­ad.

Se trata, además, de trabajos no programado­s que exigen un camino burocrátic­o, así como son inversione­s importante­s con insumos específico­s que, muchas veces, lleva tiempo conseguir.

En todos los casos, ABSA realiza las denuncias respectiva­s antes las autoridade­s policiales, tratando de evitar que estos hechos se repitan y, en el mejor de los casos, lograr dar con los autores.

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RODRIGO GARCÍA-LA NUEVA. PERFORACIÓ­N VANDALIZAD­A en el Bajo San José.

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