Kike Moreno, el único sobreviviente: “Fue raro, nunca había pasado”
El DT completó todo el torneo de Segunda al frente de Los Andes, contrariamente a lo sucedido con los otros cuatro equipos puntaltenses. Su visión de lo que pasó y la experiencia de jugar con un extranjero.
uatro de los cinco equipos representantes de Punta Alta que desde esta temporada participan como afiliados a la Asociación Bahiense de Básquetbol cambiaron su entrenador durante el transcurso del torneo de Segunda.
El único que estuvo de principio a fin fue Enrique “Kike” Moreno, al frente de Los Andes.
“Son decisiones que tomaron los distintos clubes y a veces obedece a cuestiones dirigenciales, deportivas o económicas... Fue raro y no había pasado nunca que de los cinco equipos haya permanecido sólo uno. Resulta medio extraño”, admitió.
Actualmente se mantiene en competencia únicamente Altense, que se metió en semifinales, siendo dirigido por Gustavo Casamayor, quien reemplazó a Nicolás Altamirano desde la reanudación del torneo.
Lo mismo sucedió con Máximo De la Cuadra, quien quedó al frente de Pellegrini tras la salida de Matías Ramírez.
Otro que se despidió an- tes del final fue Osvaldo Goñi, que fue reemplazado en Espora por Mauro Sacomani.
Mientras que Ateneo pasó de ser dirigido por Pablo Kooistra a Marco Guardiola.
-¿Estos cambios pueden haber respondido a esta nueva experiencia de jugar en Bahía?
-Puede ser. Los Andes fue pionero en jugar en Bahía tanto en Primera como en menores. Jugábamos los torneos de Bahía y de Punta Alta con dos equipos. Creo que la dirigencia, con buen criterio apostó a eso,
Cy con el paso del tiempo el resto de los clubes se dieron cuenta. Aunque es desgastante jugar con las menores todos los sábados en distintas canchas, más la Segunda, estoy convencido de que para el básquet de Punta Alta fue una medida muy positiva y acertada.
-¿Seguís dirigiendo en Los Andes?
-Sí, sí, sigo hasta diciembre. El formato del torneo atentó contra todos, porque en diciembre se cortó, y en medio hubo un cambio de gobierno que también influyó a la economía de las instituciones deportivas. El formato de competencia, que ahora van a cambiarlo, atentó a la calidad de jugadores y el nivel, que en Bahía es excelente. Otro aspecto a corregir es el tema de las pelotas, no puede ser que en Bahía sea el único lugar donde se juega con tres modelos diferentes.
-¿Les quedó un sabor amargo por ser eliminados teniendo ventaja de localía con Espora?
-Puede ser, pero llegamos muy jugados con la lesión de (Daniel) Agalupe. Estábamos séptimos muy cómodos, perdimos en el reinicio con El Nacional, ganamos de visitante en Velocidad y se desgarró Agalupe. Hasta ahí estábamos peleando el sexto lugar, algo impensado para nosotros. Después, nadie pudo suplir lo que hacía Agalupe y perdimos seis partidos seguidos. Los playoffs estaba para cualquiera. Los dos sabíamos que quien pasara se chocaba con El Nacional, en una serie que se definiría muy rápido, como sucedió con Espora que perdió por 40, por 20 y por 30. Si Agalupe no se lesionaba, hubiéramos mantenido el séptimo lugar y no sé si ganábamos el playoffs, pero si pasábamos esquivábamos a El Nacional.
-¿Lo ves mejor a El Nacional que a Altense, como reflejaron los números en la fase regular?
-A El Nacional lo veo muy bien, también a Altense y Barracas, que se potenció con el ingreso de (Ramiro) Aguirre. Altense armó un equipo para pelar el ascenso y creo que tiene que estar pensando en jugar la final con El Nacional y que el problema sea de El Nacional, porque fue el que rompió el mercado y generó un conflicto en un montón de equipos que tuvieron que salir a gastar más plata de la que tenían presupuestada.
-¿Cómo fue la experiencia de tener un estadounidense en el equipo?
-Buena. Fue la primera vez que dirigí un extranjero y que no habla nada castellano. Es una situación rara, todo el día tratando de entendernos mutuamente, con ayuda de los chicos que saben inglés. En su rol dentro de la cancha cumplió cuando jugó de tres. Al lesionarse Agalupe tuvo que jugar de cuatro y cinco. Cuando armamos el equipo sabíamos que no teníamos un interno definido.
-¿Su presencia generó algo más allá del juego?
-Sí, en escuelita llegamos a tener cerca de 30 chicos. Su conducta fuera de la cancha es excelente. Vive en el club y no sale de ahí. Nos hemos juntado a comer con el equipo y no toma alcohol. Entré por pedido de los dirigentes un par de veces a su habitación y está limpia, lustrada, con la ropa acomodada. Cumplió 40 años y físicamente se muestra impecable. No puede jugar 40 minutos, aunque después de la lesión de Agalupe los jugó.
-¿Qué idea tienen a futuro?
-La idea es retenerlo hasta diciembre. Él tenía vínculo hasta el 31 de mayo. Si lo hacemos jugar de tres, que es su puesto natural, puede darnos una mano importante. Tenemos que reforzar abajo del aro y tratar de mantener a Agalupe.
“Danzey cumplió 40 años y físicamente se muestra impecable. No puede jugar 40 minutos, aunque después de la lesión de Agalupe los jugó”.