Lejos, pero no tanto
Al evaluar las ventajas y las desventajas de las aplicaciones para citas, es fundamental considerar la edad del usuario.
Quien tiene alrededor de 30 años ha transitado procesos de socialización por fuera de las redes sociales, por lo que tiene una concepción de “estar acompañado” basada en la experiencia.
Los más jóvenes, en cambio, definen la proximidad no a partir de la experiencia concreta, sino como un hacer lo mismo en el mismo momento: miran una película juntos cuando le dan play al unísono y chatean mientras tanto. Las diferentes concepciones sobre la compañía y la proximidad son imprescindibles para pensar en los alcances de esas aplicaciones.
Por otra parte, esta herramienta amplifica o genera las posibilidades de encuentro, pero también amplía los riesgos, porque el contacto se da con un desconocido.
No obstante, el uso de esas aplicaciones puede ser eficiente en quienes han construido criterios de individuación, pero no disponen de espacios de socialización acordes al fin buscado.
En esta dirección, una desventaja es que, al iniciarse el proceso con el chat, suelen activarse mecanismos de seducción ilusorios: uno muestra de sí lo que infiere que sería positivo para el otro, y viceversa, sin efectos contextuales que operen a la manera de confirmación o desmentida.
Por último. y de acuerdo con lo expuesto, no pueden evaluarse las aplicaciones para citas en tanto herramientas, sino que el uso que se haga de ella es lo que convierte la aplicación en positiva o negativa.