La capacidad de desaparecer
Alas mujeres de un paraje llamado La Médula, la poeta de Villa Dolores, radicada en Río Ceballos, a la cual solemos llamar “La poeta serrana”, le dedica su último libro de poesía.
Laura López Morales es descriptiva, enumera las imágenes del lugar que habitan ahora, pasado el tiempo, en el interior de su propio ser: el molino, el algarrobo, el póster de Perón, fotografías intactas de aquello que existía y vivía en esa médula familiar de antaño, presente en su intimidad. “Me pregunto si la gente/ sigue saludando así/ con el brazo levantado y quieto/ hasta que uno se perdía/ en una distancia diminuta/ ajena.
Laura López Morales es capaz de contar los silencios, enumerarlos uno a uno en el callado barullo del corral o del guadal. Incluso en el trayecto del libro entre las piedras, los pájaros o en la eternidad de la contienda, consigue un único y extenso poema.
Cae y recae en la impiedad de las cosas naturales, aquellas que nos han sido dadas tal como si una espina pudiera nacer atravesando una piedra. “Impiedad/ ay de la luna sobre estas piedras/ y su caricia blanda”.
Desentraña caminos, dilucida la lluvia, todo a su alrededor es natural y sigiloso. Cada línea parece no haber sido escrita, como si tuvieran sus versos la capacidad de desaparecer y dejar al lector en el más callado de todos los silencios. “No busques con desesperación/ porque no está escrito/ ni siquiera dicho/ florece para nadie/ hábil/ esplendente/ un pequeño artilugio para mirar el cielo”.