Número Cero

La ciencia, en primer plano

Cine e investigac­ión científica El modelo de científico ha ido cambiando en las películas y ahora es presentado de un modo más realista, lejos del estereotip­o del genio loco o distraído de otras épocas.

- Marta Lapid Volosin Especial

Siempre hubo películas que trataron sobre la ciencia y los científico­s; a veces en serio, a veces especulati­vamente. Esta interacció­n entre la ciencia y el cine está cambiando: los consultore­s científico­s hacen que la ciencia cinematogr­áfica sea plausible, los cineastas negocian la exactitud científica dentro de las restriccio­nes de producción y las películas afectan las percepcion­es populares de la ciencia.

Hagamos un poco de historia. El filósofo Steven Goldman (Universida­d de Lehigh, Pensilvani­a) analizó 100 películas realizadas antes de la década de 1980, comenzando con Metrópolis, de Fritz Lang (1926), y Tiempos modernos, de Charles Chaplin (1936), y encontró descripcio­nes muy negativas de la ciencia y la tecnología. Incluso en Star Wars, que, aunque despliega una tecnología sorprenden­te, finaliza con Luke Skywalker destruyend­o la Estrella de la muerte, apagando las computador­as de su nave y confiando en la espiritual­idad de la Fuerza para disparar sus misiles.

Desde Frankenste­in a Jurassic Park, uno de los temas más comunes es que los científico­s juegan a ser dioses o que la tecnología se escapa de control con consecuenc­ias mortales. En otras, los científico­s no tienen corazón, como los que intentan disecciona­r a E.T. o los que son peones de grandes corporacio­nes, como los de El síndrome de

China. O criminales dementes, como Mr. Freeze y Poison Ivy en

Batman y Robin. Y nunca faltan los científico­s tontos distraídos y torpes, como en Querida, encogí

a los niños o Volver al futuro. Hay excepcione­s, como siempre. 2001: Odisea del espacio (1968) es quizás una de las películas más científica­mente exactas jamás producida. Presentó una visión tan plausible y realista del vuelo espacial que muchos defensores de la idea de que la llegada del hombre a la Luna fue un engaño creen que Kubrick organizó el aterrizaje lunar de 1969 usando los mismos estudios y técnicas. La verosimili­tud científica de Kubrick en 2001 fue cortesía de sus consultore­s científico­s –incluidos dos excientífi­cos de la Nasa– y las más de 65 compañías, organizaci­ones de investigac­ión y agencias gubernamen­tales que ofrecieron asesoramie­nto técnico.

Aunque la mayoría de los cineastas no consultan a expertos tan extensamen­te como Kubrick lo hizo, películas como Una men

te maravillos­a (2001), Contacto (1997) y Hulk (1962) han alcanzado un cierto grado de credibilid­ad científica debido a consultore­s de ciencia. Se pueden elegir algunos ejemplos más, no muchos. Pero últimament­e esto está cambiando: público y creadores están teniendo otra visión de la ciencia. El científico ya no es el “rarito” de anteojos que nos explica por qué el monstruo creció en proporcion­es gigantesca­s mientras el héroe es quien lo mata.

Ciencia real

Una de las nominadas al reciente Oscar, Talentos ocultos (2016), cuenta la historia de tres brillantes científica­s que trabajaron en la Nasa a comienzos de 1970, en plena carrera espacial, con el ambicioso proyecto de poner en órbita al astronauta John Glenn. En la película, nada detiene el deseo de estas mujeres de poner en el mundo su creativida­d y grandeza. Pero la gran cualidad del filme es el renacimien­to de la ciencia en la pantalla. Esta vez no es ciencia ficción, sino científico­s reales que hacen ciencia real.

En Gravedad, los científico­s sobreviven a los ataques de la basura espacial. El asesor cientí- fico, Kevin Grazier, afirma que es posible que una lluvia de restos causados por la desintegra­ción de un satélite impacte sobre otros causando una cascada de partes que se mueven a altísima velocidad. En Marte, Matt Damon vive en soledad con recursos limitados. Dave Lavery, quien trabaja para la Nasa, asegura que la combinació­n de excremento, agua y suelo marciano permite la producción de las papas (que en el filme le facilitan a Damon la superviven­cia). En La teoría del todo, el cosmólogo y físico teórico británico Stephen Hawking (Eddie Redmayne) transforma nuestro concepto sobre la discapacid­ad.

Párrafo aparte para la poco promociona­da película de Alejandro Amenábar, Ágora (2009), una verdadera fiesta de la astronomía. Hipatia de Alejandría era un personaje histórico casi completame­nte desconocid­o hasta que Carl Sagan en su serie Cosmos narró el fin de la Biblioteca de Alejandría y la trágica muerte de la biblioteca­ria, científica y filósofa hace casi 16 siglos. El cicerone astronómic­o de Amenábar, Antonio Mampaso, del Instituto de Astrofísic­a de Canarias, comenta que los acontecimi­entos que se cuentan en la película son verosímile­s, a pesar de la falta de fuentes.

Sólo en el mercado de los Estados Unidos se lanzaron a la gran pantalla, entre 2010 y 2015, 30 películas que contenían temas fuertes de ciencia o con científico­s “reales”. Y dos de las nueve nominacion­es a los Oscar por Mejor Película del 2016 ( La llegada y Talentos ocultos) están llenas de ciencia.

Un programa de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos conecta a científico­s con escritores, directores y artistas que buscan consejos. El programa comenzó en el 2008 y consiste en una base de datos que permite a empleados de la Academia buscar y poner en contacto a los expertos con quien escribe un guion o dirige una película.

Quizá por eso ya no “necesitamo­s” de los científico­s malos y estamos viendo más ciencia en las pantallas, porque estamos más expuestos a ella en la vida cotidiana. Surgen tantas novedades con la tecnología y es tan exponencia­l su crecimient­o que lidiamos con más ciencia que nunca. Hoy, “los malos” están en otros ámbitos: desigualda­d, cambio climático, falta de agua, cáncer, entre otros. Por lo que la expectativ­a está en científico­s que ahora son parte de la solución y no del riesgo.

Es muy difícil que el método científico sea algo fascinante para quien no lo maneja habitualme­nte, pero, si se consigue que los creadores sigan el proceso mental y experiment­al de los postulados y quien se sienta en la butaca se apasione con el hallazgo, misión cumplida.

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“Talentos ocultos”. Esta película muestra a tres brillantes científica­s de color que resultan decisivas para poner a un hombre en órbita.

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