Un poco de humor negro
Aquel joven Pedro Mairal (Buenos Aires, 1970), que irrumpió en la escena literaria en 1998 llevándose el Premio Clarín con su primera novela ( Una noche con Sabrina Love), ahora es un cariñoso padre que le dedica cuentos a su hija Lucía. El cepillo del rey es su primera incursión en la literatura infantil: es una propuesta fresca, escrita con varios guiños al lenguaje informal de los chicos y sus padres. Como la edad sugerida es a partir de los 4 años, así se podrán divertir los chicos que escuchen y los grandes que les lean el cuento.
En el centro de la historia, hay una princesa que no está dispuesta a ocupar el rol tradicionalmente asignado a su figura: mujer pasiva y sumisa que adorna el trono de un marido impuesto por los padres. Por el contrario, ella quiere definir su vida hasta en el plano más mínimo en base a sus deseos y sus propias motivaciones.
La vuelta de tuerca es que el agente que le hará posible conseguirlo es nada menos que un cocodrilo. Primero, ella lo ayudará a limpiarse su pestilente dentadura. Después, él la ayudará a complicarles a los reyes sus funestos planes casamenteros. Esto, por supuesto, da pie a un contenido pero innegable relato de humor negro que bien se podría comparar con el famoso Barba Azul de Perrault.
Las ilustraciones de Gaby Thiery acompañan el giro con una atmósfera algo extraña, donde los mayores aciertos son la rara muñeca-princesa y un “industrial” cocodrilo.