La distancia perfecta
La poesía también puede ser un arte tremendamente eficaz para contar historias. Esa es una de las tantas lecciones que nos ofrece a precio de felicidad el nuevo libro de Gustavo Gottfried, La austeridad es la divisa de mi familia, en cuyos poemas, como dice Osvaldo Bossi en la contratapa, irrumpe “algo nuevo y muy verdadero”.
Sin dudas, lo nuevo es antiquísimo, una genealogía, un relato familiar y autobiográfico, con la madre como centro radiante y una serie de fotografías como instrumento de evocación. Pero si parece recién inventado es precisamente por esa verdad que viene de haber encontrado la distancia perfecta para hablar de las cosas y las personas más cercanas y conocidas.
En un arco temporal que va desde los años 1950 a los 1980, Gottfried muestra que es posible recorrer la gran historia –las migraciones, la persecución racial, las guerras, el peronismo, las dictaduras– casi sin mencionarla, simplemente a través de las pequeñas historias que viven seres comunes.
Así va hilvanando anécdotas que a partir de detalles mínimos reconstruyen un mundo y a la vez las personalidades de quienes protagonizan los episodios.
En esa mirada retrospectiva, la comprensión del tiempo transcurrido –una comprensión en la que la experiencia se combina con la compasión– se impone a la nostalgia. El pasado no es lo perdido, y añorar o arrepentirse de algo sólo implica captarlo de un modo más justo de lo que era posible en el momento en que ocurrió.
La austeridad también podría ser la divisa del estilo de Gottfried: incluso en los poemas largos, utiliza la menor cantidad de palabras posibles para contar y encantar.