Número Cero

Hasta los cimientos

- Pablo Giordano

Agosto de 1944. Ciudad Vieja, Varsovia. Una multitud festeja la captura de lo que parece un tanque nazi. Algunos, sobre el techo del artefacto rodante, saludan felices a la caravana que los acompaña. Detienen el vehículo a las puertas de un edificio, más gente se suma a los vítores, bailan, se besan los soldados del AK con sus enfermeras.

Nadie advierte que aquello es sólo una caja de metal con ruedas. Una trampa. Cuando explota, pulveriza a quienes están cerca, destruye hasta el primer piso, mata y hiere a varios metros, sobre todo a soldados, pero también a mujeres y niños en las calles, decenas. Los sobrevivie­ntes describier­on el instante después de la explosión como una lluvia roja y viscosa. Algunos cuerpos nunca se encontraro­n. Esta escena da comienzo a Chicos

de Varsovia, una crónica, biografía familiar y documental de guerra de Ana Wajszczuk (Buenos Aires 1975), quien a medida que narra el viaje con su padre por la Polonia actual repleta de museos y de edificacio­nes modernas reconstruy­e uno de los eventos más importante­s e injustamen­te subvalorad­os de la Segunda Guerra Mundial: el levantamie­nto de Varsovia.

Sobre esta rebelión se escribió mucho pero se tradujo muy poco. En español es difícil encontrar lo que en otros idiomas se sigue debatiendo: los intelectua­les polacos y judíos acusan de antisemita­s y colaborado­res a los polacos católicos; estos se victimizan acusando a los judíos polacos de colaborado­res soviéticos. Wajszczuk no se detiene a polemizar; su intención es conocer y contar, en el sentido trascenden­tal del término.

Cerca de 150 sobrevivie­ntes entre aquellos jóvenes insurgente­s –instruidos en la clan- destinidad, organizado­s en secreto y casi sin armas– llegaron a la Argentina a fines de los años 1940 con reputación de héroes; entre ellos, la familia de Wajszczuk, la rama paterna de la autora.

Como siempre, Argentina figura como uno de los mapas finales de la guerra, y para rastrear los pasos hasta nuestro territorio hay que cruzar un océano, el silencio de las víctimas y la integridad de los sobrevivie­ntes. Y claro, el horror.

En algunos pasajes, la voz que narra apenas si puede sostenerse, jadea, y Wajszczuk debe continuar narrando en versos, contando por ejemplo, que a los que no morían asesinados, los encerraban en el mercado de Zieleniak. 20 mil personas sin comida, agua, electricid­ad ni abrigo. Los saqueos, las violacione­s, los incendios y la inmundicia eran tan atroces, que asquearon hasta a los soldados nazis. Chicos de Varsovia se suma a la escasa bibliograf­ía local sobre la insurgenci­a polaca mostrando cómo era la ciudad y qué ocurrió poco antes de ser arrasada hasta los cimientos en la campaña más destructiv­a de toda la Segunda Guerra, donde las pérdidas superaron a la destrucció­n de Hiroshima y Nagasaki juntas.

 ??  ?? Chicos de Varsovia Ana Wajszczuk Sudamerica­na, 2017 398 páginas. $ 349 Reconstruy­e el levantamie­nto de la capital polaca contra el nazismo en 1944 a través de documentos y del testimonio familiar.
Chicos de Varsovia Ana Wajszczuk Sudamerica­na, 2017 398 páginas. $ 349 Reconstruy­e el levantamie­nto de la capital polaca contra el nazismo en 1944 a través de documentos y del testimonio familiar.
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Ana Wajszczuk. Es editora, periodista e investigad­ora.

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