Mito, historia, arte
La artista se siente cómoda en el objeto, la escultura, el dibujo y el color, y explica por qué “Vitroficción-Eva en el balcón” es una creación por la que guarda una consideración muy especial.
Mi obra elegida es Vitroficción- Eva en el balcón. En primer lugar, por el desafío que significaron su proyección y su ejecución. Impulsada por Tomás Ezequiel Bondone, quien dirigió el museo Evita-Palacio Ferreyra hasta 2014, y pensada para el cubo de vidrio del museo, la obra no sólo implicó una jugada estética con la imagen de mis muñecas de vidrio, sino que además me demandó una investigación de imágenes y textos de la vida personal y política de Eva Perón. A partir de una investigación que recorría diversas miradas, sucesos y textos, indagando sobre la esencia mítica del personaje y señalando frases y expresiones colectivas que fueron construyendo una nueva realidad ficcional paralela a su propia historia, se construyó el relato que está impreso en su vestido. Otra razón que me motiva fuertemente a considerarla una obra especial dentro de mi trabajo es haberla construido sin muchos bocetos previos, sin perder el concepto de imagen que tenía definido en mi cabeza, a partir de fotografías y retratos. La idea fue dialogar con elementos miméticos determinantes para reconocer su figura con un juego de imágenes donde la obra adquiere otra lectura estética e histórica. Me reconozco en varios lugares de las artes visuales: en el objeto, la escultura, el dibujo, el color. Siempre aparecen motivaciones diferentes, aunque luego no sé por dónde continúa. Me interesa materializar procesos de pensamiento que propongan una nueva realidad, que otorguen un espacio de reflexión al espectador, además de un fuerte compromiso con las decisiones en la práctica artística. También intento percibir los cambios histórico-sociales permanentes para que sea posible acceder a lugares comunes desde otra perspectiva.