El resumen del año son los padres
Por razones que los creativos publicitarios sabrán entender, hay ciertos spots de fin de año que a veces provocan algo de empatía. Todos sabemos que Coca Cola nos está agradeciendo nada más ni nada menos que haber comprado sus productos, aunque alimente la ficción de que la vida es mejor cuando nos llenamos de su azucarado brebaje.
El institucional, el aviso que no quiere vendernos un producto sino una imagen, está ahí para recordarnos amablemente que una marca nos registra como parte importante de su estrategia. No vamos a creer que es sincero, pero en general funciona bien, no hace ruido.
Lo mismo debería producir el resumen de año que Facebook ofrece todavía a sus más de 2.000 millones de usuarios bajo la vaga promesa de que encontrarán allí la fuerza necesaria para encarar lo poco que queda en el calendario y arrancar la última hoja que lo separa del próximo con más esperanza. Pero no lo consigue ni por aproximación.
La empresa de Zuckerberg lleva años ofreciendo el truco del balance personalizado, con una música del demonio que parece la cuarta toma alternativa de un tema de Coldplay, tan espantoso que no entró en ningún disco y tan poco personalizado que es el mismo para todo el mundo.
No, Mark, no hicimos nuevos amigos casi en ningún caso: sólo agregamos usuarios sugeridos a los contactos o respondimos solicitudes de “amistad” de personas desconocidas que –casualmente– tenían fotos de perfil sumamente atractivas.
En el mismo lapso, dicen los reportes trimestrales de la compañía para la que “no me gusta” no es una opción, se invirtieron millones en inteligencia artificial para hacer caminar el algoritmo que decide qué, cuándo y cómo mostrar los contenidos de los usuarios.
Montañas de dinero que –está a la vista– no le alcanzan al cerebrito sintético de la red social para darse cuenta de que no debería hacer un mix entre una foto en situación de trencito de casamiento y el mensaje con el que despedíamos al abuelo que acababa de morir. Y todo con el fondo musical del que ya hablamos.
2017 apestó, eso lo sabe el mismísimo Facebook, que en su “review oficial” incluye entre los momentos que más “interacción” generaron a la masacre de Las Vegas, el tiroteo en el recital de Ariana Grande o el terremoto de México. Pero será malo para Facebook también: la consultora EMarketer proyecta una caída entre usuarios adolescentes en Estados Unidos para este año. Algo que pasó nunca para ningún grupo etario.
Además de agradecer que todavía tiene Instagram, Facebook podría ya dejar de fingir que las redes sociales siguen siendo algo divertido, algo menos creíble que el gordito de traje rojo que inventó Coca Cola.