Elinquietanteencantode loextrañoydelocotidiano
La historia de un matrimonio recién estrenado que se codea con el hastío apenas llega al paradisíaco resort elegido para la luna de miel atrapa por el lado de lo inexorable. Carlos acaba de instalarse en el lugar donde debía corporizarse la felicidad, y lo único que logra confirmar en ese paisaje soñado es su tan temido pensamiento: Irina, su esposa, es una mujer valiosa, una compañera noble, pero él no la ama.
Sergio Bizzio necesita apenas unas pocas páginas para plantar la inquietud y que el conflicto se instale sin sutilezas. También en esta novela, como lo hizo en
Rabia (2004), su obra más elogiada, confirma su habilidad para retratar eso tan mundano como la insatisfacción de un tipo común. Lo cotidiano se vuelve pura tensión y se expresa sin remedio, mientras vemos cómo fracasan los juegos mentales con los que el protagonista intenta burlar eso que le está pasando. Pero no hay que confundirse. Diez
días en Re no es una novela que explore en la intimidad de la crisis que se le viene a una pareja. El asunto sirve apenas de marco para que se desate la extrañeza de un universo que juega con lo fantástico y se codea con el delirio. Y en esa dimensión, también intensa, aun con la economía de una prosa sin vueltas, construye imágenes que son cinematográficas. No sería raro que también esta novela terminara en el cine.
La selva enmarañada, inhóspita, inasible para el bicho urbano, se irá revelando en sus caprichos, en sus personajes, hasta envolverlo todo. Diez
días en Re trepó enseguida en la lista de los libros más vendidos y se lee de un tirón.