Número Cero

“Vi a una mujer mayor desnuda y hubo algo que me atravesó”

Entrevista a Natalia Rozenblum

- Demian Orosz dorosz@lavozdelin­terior.com.ar

En la ducha del club o en las clases de aquagym, en sintonía con lo que les pasa a sus amigas Beta, Silvita o Estela cuando no se reprimen, Ana Inés le da rienda suelta a su imaginació­n. Y en ocasiones se deja llevar.

Baño de damas abre la puerta a una realidad y a un mundo de experienci­as que suelen guardarse bajo siete llaves. En la segunda novela de Natalia Rozenblum (Buenos Aires, 1984) hay escenas de una mujer mayor que se masturba, que se descubre fantaseand­o, anhelando que la toquen o que la miren, cosas que suelen asociarse a un apetito sexual que se da como a destiempo, si se considera el estereotip­o que dice que son los jóvenes los que desean y que los viejos se apagan.

“Cuando conecté con mi personaje, me di cuenta de todos los deseos que ella tenía y la ayudé a explorarlo­s –dice la escritora argentina–. Me parece que hay gente joven que no tiene deseos claros de ningún tipo y otra que sí. Esa gente dispuesta a ponerse en juego después crece y llega a adulta, pero no creo en la idea de que algo cambie de forma rotunda al llegar a una edad como si fuera un botón que se aprieta”.

No tan jubilada

Ana Inés es jubilada, viuda, le encantan los juegos y es una militante apenas culposa de la gula. A sus 75 años, aguanta las irrupcione­s de una hija que llegó a los 50 sin rumbo, con una pareja desarmada y que amaga con volver a la casa materna.

Ana Inés quiere hacer su vida. Acarrea con un cuerpo que le resulta desproporc­ionado, con marcas y manchas, un cuerpo con el que se enoja pero que al mismo tiempo es fuente de placer.

Otro deseo secreto de Ana Inés es candidatea­rse a presidenta del club de barrio en el que pasa sus días. En ese puesto se desempeña Antonio, un amor furtivo del pasado con el que busca reencontra­rse.

Por momentos, Baño de damas alcanza el tono de una comedia de enredos. Por momentos es una radiografí­a de la condición deseante, de los mundos femeninos y los cascotazos de la vejez.

–¿Cómo llegaste al tema y a los personajes?

–Nos encontramo­s. No estaba buscando algo para escribir, pero cuando vi a una mujer mayor desnuda hubo algo que me atravesó. Empecé a hurgar en ese interés, traté de entender qué era lo que me conmovía, y después quise reconstrui­rlo en una historia.

–¿Usaste alguna “fuente”, investigas­te cómo es la vida de personas como Ana Inés, qué sienten en la intimidad?

–Durante muchos años no, simplement­e escribí conectada con Ana Inés, el personaje que me había armado. Pero hubo una vez que hice un posteo en Facebook buscando mujeres mayores de 70 que quisieran hablar sobre su sexualidad conmigo. Solo una respondió y tuvimos una buena conversaci­ón, pero no modificó el curso de la historia en la que estaba trabajando.

–Existe una especie de obligación social de belleza, de delgadez, atributos que definen lo deseable y que dejan fuera a todo lo que no se adapte. Eso rige también sobre los jóvenes. ¿Alguien podría leer “Baño de damas” como una rebelión a ese mandato?

–En realidad, más que rebelión

–ojalá todas pudiéramos rebelarnos–, me parece que lo que Ana Inés muestra es que no por ser mayor deja de tener insegurida­des con su cuerpo, a veces incomodida­d y un deseo de querer encajar. Desde mi lugar de autora no creo que eso esté bueno, como no está bueno que yo misma quiera encajar, pero pensar que eso no ocurre en la gente mayor sólo por una cuestión de edad es un prejuicio.

–¿Te identificá­s de alguna forma con alguno de los personajes?

–Claro que sí, me gusta mucho comer.

–Las primeras versiones de “Baño de damas” tienen varios años. ¿Por qué retomarla?

–Digamos que nunca la dejé. Es cierto que en el medio del proceso escribí Los enfermos, pero no lo hice pensando en que había abandonado el otro material sino que no le había encontrado la voz, el equilibrio para que tuviera humor sin dejar de contar padecimien­tos, para que no pareciera forzada la narración.

–¿Cuándo escribís procurás que el tono provoque algo específico en los lectores? ¿Buscás algún efecto o la escritura lo que ella quiere?

–Supongo que las dos cosas. Sé el clima que quiero construir, totalmente, pero no me cierro a que la escritura me proponga algo y que pueda cambiar la dirección y volver a corregir desde el inicio con ese horizonte nuevo.

En su segunda novela, “Baño de damas”, la escritora ilumina el mundo de una mujer

mayor que busca cumplir sus anhelos y da rienda suelta a sus deseos.

 ?? (GENTILEZA EDITORIAL TUSQUETS) ?? Natalia Rozenblum. Esta es la segunda novela de la autora.
(GENTILEZA EDITORIAL TUSQUETS) Natalia Rozenblum. Esta es la segunda novela de la autora.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina