NTF. Cómo es la nueva fiebre del oro en el mundo del arte
Hace poco más de dos meses, la venta de una obra digital por casi 70 millones de dólares produjo un sacudón en el mercado del arte. Fue la primera vez que una pieza que no existe en el mundo físico pudo alcanzar una cifra de tal magnitud.
La transacción, para la cual se aceptaron criptomonedas, provocó además que en los medios de todo el mundo se empezara a hablar de los NFT. Hasta ese momento, casi nadie podía distinguir si se trataba de una sigla misteriosa o de una clave de acceso exclusiva para los habitantes de los nichos virtuales.
Everidays, la pieza millonaria, es un collage de cinco mil imágenes realizadas durante 13 años por el artista estadounidense conocido como Beeple, un explorador de los confines digitales con varias décadas
TENDENCIAS. La tecnología de los “tokens no fungibles” para “acuñar” piezas digitales está revolucionando el campo artístico y mueve millones. Al mismo tiempo, es una herramienta inédita para muchos artistas. de trabajo encima. Se trata, precisamente, de un NFT, la sigla en inglés para los “tokens no fungibles”.
Los NFT son versiones de activos basados en blockchain (cadenas de bloques), la tecnología de contabilidad digital que utilizan criptomonedas como Bitcoin o Ethereum.
Existen desde 2017. Fueron noticia en 2020, cuando su mercado pegó un salto, pero recién en marzo de 2021, cuando Beeple hizo explotar su bomba durante una subasta en Christie’s, comenzaron a estar en boca de todos.
Un NFT es una obra “acuñada” con códigos de identificación y metadatos que la vuelven inimitable. El blockchain permite que una pieza virtual pueda autentificarse. Lo que también hace un NFT es crear escasez digital mediante un certificado. En otras palabras, la obra puede ser “firmada”, convertida en algo único, y vendida.
Aunque su expansión en el campo del arte es el fenómeno en curso más evidente, los tokens no son únicamente el nuevo juego entre criptoinversores millonarios y artistas montados en la nueva ola. Los NFT se están ramificando hacia todos los ámbitos.
Actualmente se “tokenizan” poemas, videos de unos pocos segundos, memes, tuits, canciones, prendas de vestir o criptogatitos. No hay nada, en principio, que no pueda ser “tokenizado”.
La euforia asociada a las criptomonedas y al nuevo chiche tecnológico está siendo aprovechada por jugadores grandes y pequeños. La NBA, por ejemplo, logró fusionar el blockchain con la costumbre “analógica” de coleccionar figuritas mediante sus Top Shots, ediciones limitadas de clips con momentos memorables. Tokenizados, por supuesto. Escasos, para tentar a los coleccionistas con piezas exclusivas.
En la Argentina, la editorial Atlántida entró al mundo NFT con una colección inédita de 30 fotos de Diego Maradona pertenecientes al archivo de la revista Gente. Las imágenes fueron tokenizadas en la plataforma “Hic Et Nunc”, de Tezos, y se pueden adquirir exclusivamente utilizando la criptomoneda de esa red (XTZ).
Oportunidad para artistas
Es posible que, para muchos, este universo no suene más que a escenas extrapoladas de un guion de ciencia ficción, o peor, a caprichos y a extravagancias para gente con mucho dinero.
Sin embargo, muchos artistas digitales ven en los NFT una oportunidad inédita. La inmensa mayoría no tenía casi ninguna chance de comercializar sus trabajos, debido a la facilidad con la que se pueden reproducir los objetos digitales, disponibles para ser vistos, copiados o descargados de internet.
Algunos piensan que se está viviendo una verdadera revolución, ya que los NFT les otorgan a los creadores herramientas para mostrar, vender y obtener regalías de futuras transacciones. En otras palabras, una autonomía hasta hace poco impensada.
El “criptoarte” y los NFT ya tienen sus grupos y sus redes en la Argentina. Muchos artistas se han ido sumando a CryptoArg, una comuni
¿Qué es lo que adquiere quien compra un NFT?
El comprador de una obra “tokenizad”a adquiere el certificado de originalidad, autenticidad y propiedad, que queda inscripto en la cadena de bloques (blockchain).
Eso no significa que la obra le pertenezca en el mismo sentido de poseer un “original” (como sería el caso de tener una pintura o una escultura que quedan guardadas en un living o en una caja fuerte), ya que la pieza digital permanece por lo general en internet, visible e incluso disponible para ser descargada por cualquier usuario. Lo que se adquiere, por lo tanto, es un número identificador único en una cadena de bloques, que a su vez puede volver a venderse con el fin de obtener ganancias.
¿Por qué alguien compraría un NFT?
Es la pregunta del millón, y tiene varias respuestas. El proyecto Valuable de Cent, plataforma que permite comprar tuits, explica que poseer un contenido digital de cualquier tipo (un archivo JPG, un video, terrenos virtuales) puede ser una inversión financiera, pero además puede tener un valor sentimental y crear una relación entre coleccionista y creador. El ejemplo que se da es ilustrativo: “El NFT en sí mismo es el autógrafo del creador en el contenido, lo que lo hace escaso, único y valioso”.
¿Dónde se compran?
Existen cada vez más plataformas destinadas a la publicación de NFT por parte de artistas y de otros creadores de contenidos. En estas plataformas o marketplaces ,es posible comprar obras “acuñadas” mediante esta tecnología. Hay plataformas más exclusivas y otras más abiertas. OpenSea es la más global y de mayor envergadura, con millones de tokens y más de 200 clasificaciones. Otras plataformas son Rarible, SuperRare, Knoworigin, Foundation. Recientemente viene ganando fuerza Hic et Nunc, la plataforma NFT nativa de Tezos.
¿Cómo se adquieren?
Para comprar NFT es necesario tener una billetera virtual de criptodivisas, ya que las transacciones se realizan utilizando criptomonedas, principalmente Ether, Bitcoin o XTZ.