INVENCIONES Vida digital
Proteo y la siesta del algoritmo
dose en león, serpiente, leopardo, cerdo, e incluso agua y árbol, sus hombres, que se habían disfrazado de focas y se mezclaron entre su rebaño, le saltaron encima cuando se acostó a dormir la siesta junto a este.
Seymour Papert, el creador del lenguaje de programación Logo, fue uno de los pensadores computacionales más brillantes del siglo 20. En su libro Desafíos a la mente escribió: “La computadora es el Proteo de las máquinas. Su esencia es su universalidad, su poder de simular. Dado que es capaz de asumir un millar de formas y de cumplir un millar de funciones, puede resultar atractiva para un millar de gustos”.
No se imaginaba Papert hasta qué punto llegaría su metáfora. Las actuales computadoras no sólo cambian de formas y pueden transformarse en mil dispositivos, sino que habitan un mar de datos en cuyas profundidades, a partir de la extracción de patrones y de tendencias, pueden elaborar predicciones acerca de los hechos que aún no ocurrieron pero que tienen posibilidades de ocurrir.
Por ese motivo, máquinas (desde un automóvil hasta un torno) y mortales, necesitamos cada vez más estar conectados a un dispositivo digital, para anticipar y predecir procesos, rutas, climas y mercados. Mientras más amplia y diversa es la demanda de futuro, más sofisticadas son las formas que adoptan estos dispositivos, disfrazándose de millones de aplicaciones, falsas noticias, gurúes algorítmicos, videos viralizados y redes. Un mar del que cada vez es más difícil ver el fondo.
Esto nos obliga a improvisar cada vez más elaboradas estrategias para encontrar la forma más genuina de ese esquivo y huidizo ser de mil formas, que ahora algunos llaman algoritmo. A Papert, que antes de morir en 2016 anticipó mucho de lo que pasa en la actualidad, sin dudas debe haberlo sorprendido durmiendo la siesta en alguna ocasión.