Cómic El deseo al natural
El cómic europeo se reduce a sus líneas sensibles en el trabajo de Bastien Vivès (París, 1984), cuyo álbum Una hermana marca su primera publicación en la Argentina. El naturalismo, la cotidianidad y la inquietud son exploraciones del prolífico y precoz artista, que ha legado bellos trabajos como Polina (llevada al cine) y El gusto del cloro.
En Una hermana, el autor regresa a su tópico predilecto, las relaciones amorosas, aunque enfocado en el lazo tan encantador como intrépido entre una adolescente y un púber. Antoine llega con su familia a una casa de vacaciones en Vannes, adonde pronto se les suman Sylvie y su hija Hélène, que inicia un ambiguo romance con el chico.
Vivès esboza con pinceladas veloces el clima ajeno a la rutina, con padres livianamente ausentes, paseos en bicicletas y jornadas de sorpresas y decepciones radiantes. Hélène es una presencia eléctrica en la historia, inteligente y secretamente angustiada, que empuja a Antoine al límite de una experimentación erótica de violencia candorosa. La pornografía de Los melones de la ira se conjuga con el descubrimiento íntimo de Amistad estrecha y La carnicería, obras previas de Vivès.
El dato de que la madre de Antoine perdió el embarazo de una hermana antes de su nacimiento y de que Hélène viene a ocupar efímeramente ese rol añade otro claroscuro a la narración, siempre bocetada en su perversidad; una desnudez que no admite juzgamientos.