El futuro es hoy. Por el imperio de las criptomonedas
“Los días de la moneda atada a un banco central están llegando a su fin”, sentenció con tono de arenga Francis X. Suárez durante la apertura de Bitcóin 2021, conferencia sobre criptomonedas desarrollada los días 4 y 5 de junio del año pasado en Miami.
El señalado militante contra el sistema monetario en su versión clásica es el mismísimo alcalde republicano de esa paradisíaca ciudad norteamericana. Bitcóin 2021, considerada hasta aquí la mayor conferencia mundial sobre dinero virtual, pudo llevarse a cabo con la asistencia de 25 mil personas cuando la emergencia pandémica le dio a Miami un respiro, a mediados del año anterior.
La capital de la criptomoneda
Así fue como la ciudad más popular de la península de Florida congregó a una multiforme concurrencia: libertarios, anarcocapitalistas, inversionistas y especuladores, emprendedores dedicados a romper esquemas con innovaciones tecnológicas y hasta hackers de distintas latitudes. Esa singular feligresía no tuvo problemas en hacer varias cuadras de cola bajo el sol para escuchar la prédica de pesos pesados del universo paralelo de las criptomonedas.
Forjado en las filas del muy conservador partido cuya historia alberga a personajes como Lincoln, Eisenhower, Nixon, Reagan, los Bush, pero también a Donald Trump, Suárez reclama con fervor para Miami la condición de “capital mundial de las criptomonedas”.
El alcalde de 44 años habilitó a mediados de 2021 el pago con bitcóin de servicios y parte de los sueldos municipales a los empleados que así lo deseen, aunque no conforme con eso tomó además dos decisiones extremas: aceptó cobrar su propio sueldo íntegramente en criptomonedas e impulsó la creación de MiamiCoin, la criptodivisa propia de Miami con la que espera acabar con la falta de vivienda y aumentar la fuerza policial de la ciudad.
Revolucionarios
Sin duda Suárez hace suficiente mérito para convertir al sur de Florida en el centro de la galaxia de la economía global digital, una especie de nuevo Silicon Valley, aunque muy a su pesar no está solo en la pista.
El demócrata Eric Adams, flamante alcalde de Nueva York, tiene el firme objetivo de que el centro de la industria de las criptomonedas no sea Miami sino la Gran Manzana y para demostrar que la cosa viene en serio también tomó una corajuda decisión: anunció que sus tres primeros sueldos como funcionario los cobrará en bitcoines.
Por ahora, el alcalde neoyorquino parte con una pequeña desventaja: el estado de Florida acogió a varias empresas que se fueron de Nueva York para no pagar los extremadamente altos impuestos de esa ciudad.
Y por supuesto que el alcalde miamense sacó provecho de esa situación: “La Miami que estamos creando hoy recibe con los brazos abiertos a las empresas financieras y tecnológicas que se cansaron de que no las valoren en otros estados y las ahoguen en impuestos”, dijo Suárez.
Bukele, el salvador virtual
Un poco más al sur aparece otro ardoroso militante del dinero virtual encaramado en la función pública y con ganas de pasar a la historia como el más grande líder revolucionario de las criptomonedas.
Nayib Bukele, extravagante presidente de El Salvador que se autodefinió en la red social Twitter como “un instrumento de Dios para nuestra historia”, y, más recientemente, “CEO of El Salvador”.
Bukele no se anda con chiquitas, porque en la madrugada del 9 de junio de 2021 logró que la Asamblea Nacional le diera a El Salvador el estatus de primer país en adoptar al bitcóin como moneda de curso legal, con 62 votos sobre 84.
Horas antes, el mandamás salvadoreño había anunciado esa audaz jugada a través de un video nada menos que en la Bitcoin 2021 de Miami, convencido de que “a corto plazo, esto generará empleos y ayudará a brindar inclusión financiera a miles de personas fuera de la economía formal”.
Como el alcalde de Nueva York, Bukele es otro terrícola convencido de que el capitalismo del futuro, imaginado como una especie de “capita
DINERO DE ALGORITMO. En 2009, Satoshi Nakamoto inventó el bitcóin. Hoy varios gobiernos ven las divisas virtuales como la clave para cambiar el sistema financiero mundial y fortalecer sus posiciones.
Gustavo Di Palma
Miami hoy recibe con los brazos abiertos a las empresas que se cansaron de que no las valoraran en otros estados. Francis X. Suárez
lismo del bienestar”, se construirá a pura virtualidad.
Según un artículo publicado en 2014 por la revista estadounidense Good, con la firma de Sarah Stankorb, los seres humanos nacidos entre 1977 y 1985 pertenecen “oficialmente” a la “microgeneración” de los “xennials”, a medio camino entre la “generación X” y los “millennials”. Si se sigue esta categorización, a esa franja generacional pertenecen Suárez y Bukele (que hoy tiene 40 años), aunque esto no significa que toda la militancia de las criptomonedas pertenezca a esa franja: el alcalde de Nueva York, Adams, es un “baby boomer”, nacido en 1960.
Bitcoin City
Vale la pena detenerse otro poco en Bukele, cuya apuesta por las criptomonedas va mucho más lejos. Lo que sigue en su agenda inmediata es la construcción de
Bitcoin City, la “primera ciudad del bitcóin del mundo”, anuncio que concretó en noviembre pasado durante el transcurso de Labitconf 2021.
En ese encuentro regional, cuya sede esta vez fue por supuesto El Salvador, el presidente-dictador-CEO dio algunas pistas sobre su proyecto, orientado a convertir a la tierra del revolucionario comunista Agustín Farabundo Martí en un moderno centro financiero mundial: la obra será financiada con bonos respaldados con bitcoines y sus habitantes estarán exentos de impuestos (salvo el IVA), un dato muy tentador para mudarse a ese rincón del planeta.
Bukele planifica emplazar Bitcoin City en una zona costera próxima al volcán Conchagua, del que espera obtener la energía geotérmica necesaria para el funcionamiento de la ciudad y el “minado” de bitcóin.
Vista desde el aire, la nueva ciudad salvadoreña tendrá forma de moneda, algo que sería motivo de envidia para Alejandro Magno, precursor de las ciudades circulares: “Si queremos que el bitcoin se extienda por el mundo, tenemos que construir algunas Alejandrías”, afirmó Bukele.
Pero el salvadoreño con más poder en estas épocas tropieza con algunos obstáculos en su camino como profeta de la virtualidad monetaria. Miles de salvadoreños rechazan la implantación del bitcóin como moneda de curso legal en su país, tanto como el estilo de ejercicio del poder que muestra Bukele.
Sabiduría popular
Al descontento popular se suma el alerta del Fondo Monetario Internacional (FMI), que no está para nada contento con la decisión tomada por uno de sus miembros: la entidad financiera ya le advirtió a Bukele los riesgos de aprobar el curso legal de una moneda sin una adecuada regulación internacional, toda vez que una divisa descentralizada y que no tiene respaldo de ningún banco central reduce la capacidad de los países para controlar su política económica.
Por si esto parece poco, los salvadoreños gozan de un bajo nivel de educación financiera, como consecuencia de que el 33 por ciento de la sociedad está sumergida en la pobreza y no tiene acceso a la tecnología que hace circular al bitcóin.
No se puede olvidar que Venezuela fue uno de los primeros países latinoamericanos en emitir su propia moneda virtual (el petro), en tanto que el Banco Central de Cuba legalizó recientemente el uso de criptomonedas en la isla. Ambos países, junto a
El Salvador, tienen en común una tensa relación con Estados Unidos, por lo que no es extraño que estén interesados en obtener los beneficios de una integración económica global salteándose el sistema dominado por el patrón dólar.
Pero las penurias de la gente parecen una barrera infranqueable: “Si no tenemos para un aparato de esos (teléfono inteligente), el bitcóin no es para nosotros los pobres”, dijo ante un periodista de la BBC una vendedora ambulante de San Salvador , a pocas horas de que su país pasara a tener dos monedas que su propio país no emite: el dólar y el bitcóin.
Furor virtual
La jugada de Bukele en El Salvador es el caso más extremo conocido hasta el momento en el marco del deslumbramiento por las criptomonedas, un fenómeno que se expande sostenidamente en todo el planeta.
Según la Encuesta Global al Consumidor de Statista (portal con estadísticas basadas en estudios de mercado en todo el mundo), el 42 por ciento de los habitantes encuestados en línea en Nigeria (África) admitió en 2021 poseer o utilizar criptodivisas para distintas transacciones, el resultado más alto entre 56 países incluidos en ese relevamiento.
Cabe señalar que el banco central nigeriano ordenó a los bancos del país cerrar las cuentas en criptomonedas, sin curso legal en esas latitudes, pero la pérdida de confianza en las inversiones tradicionales parece motorizar a la gente de una de las mayores economías africanas a apostar por las monedas virtuales.
Tailandia (sudeste asiático) se ubica segunda en la misma encuesta global (el 31 por ciento de los consultados en ese país apuesta por criptodivisas) y luego se encolumnan Filipinas, Vietnam y Turquía.
En el sexto lugar de esa tabla y con muchas posibilidades de escalar posiciones, aparece Argentina: el 21 por ciento de los compatriotas encuestados en línea ya entró en la galaxia de las criptomonedas (se estima que hay bastante más de un millón de inversores argentinos con cuentas en criptomonedas).
A corto plazo, esto generará empleos y ayudará a brindar inclusión financiera a miles de personas.
En esa misma tabla, Colombia, Chile, Perú y Brasil se ubican debajo de Argentina, aunque contribuyen a que África, Asia y Latinoamérica sean las regiones del mundo donde más circulan las criptodivisas, siempre según la encuesta global producida por Statista en 2021. A nivel regional, Paraguay, Uruguay, Panamá, Brasil y, más recientemente, Perú, ya han elaborado proyectos legislativos para regular las inversiones virtuales.
A la luz de estos datos, el furor por las criptomonedas parece más bien cosa de sociedades cuyos gobernantes no pudieron aprobar hasta aquí materias como bienestar e igualdad social, pero no se debe olvidar que varios países que tienen posgrado en esas asignaturas apoyaron tempranamente el desarrollo de las criptomonedas: Japón, Suecia, Suiza, Israel y Alemania, son algunos ejemplos.
A estas alturas, las criptodivisas aún tienen que vencer la resistencia de varios “peces gordos”: a la desconfianza del FMI se suman los duros embates de China contra las monedas virtuales y las idas y vueltas sobre la cuestión que exhiben monstruos del tecnocapitalismo, como Elon Musk. El tiempo dirá cómo sigue la película.