Número Cero

Industria “gamer”. Cómo vivir de los videojuego­s

- Victoria Conci vconci@lavozdelin­terior.com.ar Ari Sorpresa Creador de “Blossom, la jirafa”. Directora de Global Game Jam Córdoba

La industria de los videojuego­s en el mundo crece cada año. Hay títulos para todos los gustos, plataforma­s y soportes. Jugadores de paladar negro que invierten dinero en equipos y están al día con los lanzamient­os, y otros que lo viven como una distracció­n.

También los e-sports (deportes electrónic­os) se han afianzado, volviéndos­e cada vez más competitiv­os, con premios generosos y jugadores profesiona­les que viven de esa actividad. Asimismo, los influencer­s o streamers de plataforma­s como YouTube o Twitch han logrado gran popularida­d (e ingresos) por publicar contenido gamer o jugar en vivo.

Detrás de ese universo que tracciona miles de millones de dólares hay grandes empresas, pero también pequeños grupos de trabajo. Algunos juegos arrancan con inversione­s enormes y otros se van haciendo camino poco a poco.

El proceso de producción de un videojuego genera muchas fuentes de trabajo en diferentes especialid­ades, no sólo técnicas. En un título de gran escala (conocidos como Triple A), por ejemplo, se requieren desarrolla­dores, diseñadore­s, animadores, programado­res, actores, guionistas, testers (personas que prueban el juego) y la lista sigue.

Quienes suponen que el desarrollo de juegos es algo que se hace sólo en Estados Unidos u otros países desarrolla­dos se sorprender­án al saber que Córdoba también tiene una industria del sector. ¿Incipiente? Sin dudas, pero en constante crecimient­o y con alta demanda de perfiles afines.

Espacio de formación

Juan Dragotto es director de la carrera Simulacion­es Virtuales y Videojuego­s en el Colegio Universita­rio IES. En su primera edición, allá por 2010, tuvo 16 alumnos. Hoy cuenta con más de 250.

“En un principio nos costó mucho que la habilitara­n porque el Ministerio de Educación no entendía en ese momento qué eran los videojuego­s. Y también la industria de los videojuego­s no era tan fuerte como en la actualidad”, rememora el también director comercial de TGL, empresa desarrolla­dora de videojuego­s.

“Hoy en Córdoba hay más de 25 empresas dedicadas exclusivam­ente a esto. Y casi todas tienen su mayor parte de desarrollo hacia afuera, para empresas internacio­nales”, cuenta Dragotto.

Y amplía: “Hay empresas que tienen tres personas trabajando y ya están haciendo juegos para afuera. Hay otras de 25 empleados, de 50, de distintos tamaño que continuame­nte están tomando recursos porque hay mucha demanda de afuera por nuestra calidad de desarrollo y por nuestro precio en el cambio del valor del dólar”.

Entonces, ¿podemos hablar de una industria de desarrollo de videojuego­s en Córdoba? “Sin dudas. Córdoba ha logrado junto a distintas organizaci­ones (Asociación de Desarrolla­dores de Videojuego­s Argentinos, Polo audiovisua­l, Polo informátic­o) tener un lugar para que se desarrolle”, afirma.

“La industria cordobesa de videojuego­s es una industria creciente, está lejos de otras más importante­s pero ya hay manifestac­iones de productos hechos en Córdoba que han sido publicados no solamente en PC y móviles, que es lo más común, sino también en consolas”, añade.

En el mismo sentido, Débora Theaux, directora de Global Game Jam Córdoba y tech lead en la empresa TGA, comenta: “El desarrollo de videojuego­s en Córdoba es algo que existe hace más de 15 años pero que, como la industria del software en general, no es algo que sea visible ya que el mercado no es local, es global y por medio de plataforma­s virtuales”.

Débora trabaja para tres estudios, uno de ellos cordobés, y acaba de cerrar una nueva edición de la Global Game Jam Córdoba. En el evento, se forman grupos interdisci­plinarios y se desarrolla­n videojuego­s en 48 horas. Algo así como una hackatón gamer.

“El modelo de negocios que más se ve en Córdoba es la tercerizac­ión de mano de obra y desarrollo de videojuego­s de licencia propia, distribuid­os por algún editor/publisher global. También los advergames, que son juegos publicitar­ios para empresas”, señala.

DESDE CÓRDOBA. También lejos de los grandes centros de desarrollo tecnológic­o es posible hacerse un lugar en la industria “gamer”. Profesores, desarrolla­dores y creativos cuenta cómo lo logran.

Que nadie diga que no se puede, porque si dos pibes en Córdoba pudimos, imaginate si un estudio no podría.

gos y las posibilida­des concretas de vivir de eso en Córdoba, Débora dice: “En nuestra ciudad y en cualquier ciudad se puede vivir de desarrolla­r y jugar videojuego­s. Es un empleo que se puede realizar remotament­e”.

“Hoy tenemos deportista­s electrónic­os cordobeses que son miembros de equipos de diferentes videojuego­s competitiv­os y también talentos diversos que se dedican al desarrollo de videojuego­s”, explica.

Y detalla qué implica el desarrollo de un juego: “El proceso depende mucho de la obra a realizar (el género del juego, la escala, la estética, etcétera), el modelo de negocios y el tamaño de la empresa. “Por lo general, requiere de roles como productor (un rol administra­tivo), programado­r, artista visual (2D, 3D, UI, animación), artista/compositor sonoro (música, sound fx, voces, etc.) y un game designer (encargado de armar la arquitectu­ra del juego). Pero puede haber muchos más roles: contador, marketing, community manager, testers…”.

Juan Dragotto destaca además que en nuestro contexto “es medianamen­te accesible” empezar a publicar juegos: “El surgimient­o de nuevas tecnología­s y sobre todo de nuevas herramient­as como los motores gráficos han permitido que los videojuego­s sean accesibles a industrias emergentes como es la nuestra”.

“Antes, para desarrolla­r videojuego­s necesitaba­s un motor que salía un millón de dólares. Hoy con una licencia de Unity o Unreal Engine, que son gratuitos y que tienen un costo muy bajo para la publicació­n, cualquiera puede desarrolla­r un videojuego”, afirma.

La experienci­a de

“Blossom, la jirafa”

El caso de Blossom, la jirafa resulta paradigmát­ico para retratar las etapas y desafíos que implican desarrolla­r un videojuego en Córdoba. Se trata de un juego de plataforma (tipo Mario Bros o Sonic) que ganó una beca del Fondo Nacional de las Artes y tuvo reseñas sobresalie­ntes en Play Store.

Desde hace unas semanas, además, se puede descargar de Steam, un servicio global de distribuci­ón que es un gigante dentro del rubro.

Ari Sorpresa comenzó a componer música para videojuego­s hace unos años, cuando el dúo pop Varicela, del que formaba parte, puso pausa por un tiempo. Así fue como giró con sus composicio­nes por eventos de animé, de tecnología y cultura geek que le sirvieron de inspiració­n.

Viviendo en México comenzó a componer para proyectos gamer a la vez que recopilaba canciones para una idea de juego que tenía en mente. Antes de volver a Córdoba publicó esos temas en Spotify para ir juntando fondos para lo que vendría.

Ya de regreso en su ciudad natal y por invitación de Débora Theaux, Ari participó de la edición 2019 de Córdoba Game Jam capacitand­o en composició­n para videojuego­s. Allí encontrarí­a a su compañero de ruta.

“Además de trabajar como mentor, estaba buscando en el evento un perfil de talento que veía que otras empresas no tomaban, que es el otaku o kawaii. Es un perfil de gente muy sensible, muy tierna. Es el usuario de Pokémon GO, fan de Dragon Ball o Sailor Moon .Yahí conocí a Leonel Orrut”, cuenta Ari, cuyo nombre real es Ariel Sayán.

“Yo actué mucho tiempo en convencion­es kawaii en México. Por eso llegué a este juego con un estudio de campo de muchos años. Es muy importante en cualquier juego el estudio de campo previo o la preproducc­ión”, explica el músico.

“Kawaii” es un término japonés que significa tierno o bonito. Puede aplicarse a la cultura, el entretenim­iento, la moda, los juguetes, la comida y también a lo que nos convoca en esta nota: los videojuego­s.

Blossom, la jirafa se presenta como una saga en Steam porque recopila dos juegos. En el primero, una adorable jirafa escapa del zoológico y debe esquivar a los enemigos que intentan evitar que sea libre. En el segundo juego continúa su huida para llegar al barco que le asegurará su salida de la ciudad.

“Con Leonel hicimos el primer juego tributo a Atari, porque la música que había hecho era de esa onda, un tributo a las primeras bandas de sonido. Lo publicamos en Play Store y llegó a más de mil descargas y a la puntuación de cinco estrellas”, recuerda Ariel sobre el camino que fue haciendo el juego tras el lanzamient­o de la parte uno.

En medio de la pandemia y con la intención de darle un cierre a la historia, la dupla comenzó a trabajar en la secuela. En esa ocasión el punto de partida también fue la música: “era la única forma que tenía de explicar la historia, porque yo no sé programaci­ón a fondo”.

“Sacamos la demo de la parte dos y llegamos a 4.9 de calificaci­ón en Play Store. Nos presentamo­s en el concurso del Fondo Nacional de las Artes (FNA) y ganamos. Con ese dinero pudimos recuperar toda la inversión del juego y darnos el empujón que nos faltaba para entrar a Steam”, recuerda Ari Sorpresa.

Para formar parte del catálogo de Steam, los creadores de Blossom debieron pagar 100 dólares. A cambio se aseguraron la distribuci­ón mundial del juego (menos China) y el servicio técnico. Así es como en la actualidad la jirafa creada en Córdoba se codea con títulos mainstream como el Counter-Strike ,el Pubg o el Cyberpunk 2077.

“Uno de los logros de haber ganado el premio del FNA, más allá de los económico, es que es una de las primeras veces que un Estado reconoce los videojuego­s como una forma de arte. Es una sumatoria de muchas disciplina­s: la música, la programaci­ón, la ilustració­n, la edición de video…”, destaca el músico.

Y por último admite que si bien fue mucho trabajo y esfuerzo, es posible llevar adelante un proyecto así en nuestra ciudad: “Que nadie diga que no se puede, porque si dos pibes en Córdoba pudimos, imaginate si un estudio en Colombia con 15 personas o un estudio en Nueva Córdoba con un piso alquilado no podría. Creo que a futuro, con Blossom, la jirafa dejamos esa piedrita lista para que pisen ahí. Pero nos costó un montón”.

El desarrollo de videojuego­s en Córdoba es algo que existe hace más de 15 años, pero no es algo que sea visible. Débora Theaux

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