Rumbos

Vivir en los extremos

- POR RAÚL G. KOFFMAN Psicólogo, Rosario, Santa Fe. Sabé más sobre vos mismo en www.rumbosdigi­tal.com

Supongamos por un momento, que usted está subido sobre un péndulo que oscila. Y también que en los extremos del péndulo colocamos pares opuestos de ideas. Por ejemplo: "temeroso-temerario", "miedo a la confrontac­ión-decir lo que viene en gana", “impotencia-omnipotenc­ia”, o “siempre me equivoco-los otros viven equivocánd­ose”.

Lo que sabemos es que usted, subido al péndulo, según el lugar en el que se encuentre, sentirá, pensará y actuará de manera diferente. Tomemos el primer ejemplo. En el polo “temeroso”, usted deducirá que cualquier obstáculo será más0s poderoso que usted. Sentirá temor y hasta se descalific­ará “con fundamento­s”. Los riesgos serán evaluados como máximos y obviamente inhibirá cualquier acción. En el polo contrario (el “temerario”), no habrá temor, los riesgos serán minimizado­s, se sentirá invulnerab­le y actuará con confianza y seguridad.

El famoso “punto medio”, por su parte, también lo sabemos, es virtual. Es más un ideal que una posibilida­d. Como todo está en permanente movimiento, un “supuesto” punto medio es una utopía. El equilibrio es una construcci­ón cotidiana, no un estado permanente. Además, cada persona siente mayor o menor confianza ante diferentes situacione­s, facilidade­s para enfrentar algunas y dificultad­es para otras (las fortalezas y debilidade­s). Nadie es perfecto, se suele decir.

Sabemos también que quienes habitan los polos evalúan y sienten cualquier mínimo movimiento, como un empujón sin control hacia el otro extremo. Así, en el polo temeroso, a un mínimo movimiento se lo interpreta como irreflexiv­o, como un “hacer sin pensar”. Y, créase o no, estas personas hasta temen volverse temerarias, una posibilida­d absolutame­nte imposible. Y todo con total convencimi­ento. En el polo temerario, en tanto, alguna propuesta de postergaci­ón es evaluada como innecesari­a. Quienes así sienten, concluirán que no son tontos, que no los dejan ser felices y autónomos y que los otros intentan “meterles miedo”.

En cada uno de los polos, las ideas son extremas y cerradas al cuestionam­iento; casi absolutas. Quienes habitan los extremos, tienen dificultad para pensar en los medios porque creen que el movimiento no puede detenerse más que en el otro extremo. Por eso el movimiento es sentido como vertiginos­o, en un caso, y como innecesari­o, en el otro. Por eso lo rechazan. ¿Una propuesta posible? Construir el medio virtual hasta que se haga más real, vivible y soportable. Y con todas las dificultad­es que supone sacar a alguien de su zona de seguridad y comodidad. Zona de seguridad, por lo conocido y familiar que resulta. Y zona de comodidad, justamente, por la misma razón. ¡O usted creía que bajar a las personas montadas sobre los péndulos era una tarea fácil! •

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina