La nena y el mar
Disney viaja a la Polinesia para dar vida a Moana: Un mar de aventuras, una película bien de verano, que te hace querer dejarlo todo y salir corriendo a la playa. MARÍA DE LA PAZ GARCÍA
Oceanía, quizás el continente menos explorado por Occidente, fue el escenario elegido por Disney para situar su nueva película animada, Moana: Un mar de aventuras. La historia sobre una adolescente de 16 años que se lanza al océano para salvar a su pueblo es el fruto de un trabajo de investigación de más de dos años, en el que se involucraron los directores del filme, John Musker y Ron Clements, responsables también de La sirenita (1989) y Aladdín (1992).
La película, que se estrena el 19 de enero en la Argentina, está inspirada en los relatos orales de los pueblos del Pacífico: hace 3.000 años, los polinesios surcaban el océano descubriendo miles de islas. Pero luego, sus viajes se interrumpieron durante casi un milenio y nadie sabe por qué. “Siempre estuve intrigado por esa parte del mundo y descubrí la figura mítica de Maui, una suerte de semidiós cubierto de tatuajes”, cuenta Musker, sentado junto a Clements en un hotel de la capital mexicana durante la presentación del filme. Los dos tienen puestas coloridas camisas con los personajes de Moana y hablan de su “criatura” con pasión magnética.
Tras la idea inicial, los directores se embarcaron en un viaje de tres semanas por Samoa, Tahití, Fiyi y Nueva Zelanda para aprender de esa cultura. “Conocimos gente que vivió toda su vida en una isla, nos inspiró la cercana relación que mantienen con el agua. Si bien en un principio íbamos a hacer una película sobre Maui, nuestra heroína pasó a ser Moana, que significa océano. Ella hace renacer las expediciones por mar en la historia”, agrega Clements. Cuando su isla se ve amenazada por una terrible oscuridad, la aventurera protagonista iniciará, con la ayuda de Maui, un magnífico viaje para descubrir su propia identidad. Sin embargo, en algunos países de Europa, el título final está por verse, ya que coincide con marcas anteriormente registradas. La investigación previa fue tan intensa que hay quienes afirman que Moana podría ser la película animada más culturalmente fidedigna hecha hasta hoy. De hecho, los realizadores crearon el “Oceanic Story Trust” (Comité de Historia de Oceanía), que incluye antropólogos, lingüistas, tatuadores, navegantes y asesores que colaboraron con el equipo creativo de Disney.
Clements resume lo movilizante de este proyecto con una anécdota: “Un anciano en una isla de Mo’orea nos dijo: ‘Durante años, hemos sido absorbidos por su cultura. Esta vez, ¿pueden ser absorbidos por la nuestra?’. Ese fue nuestro desafío”. •