Despedite de tu trabajo
Mientras leés esto, hay robots preparándose para hacer lo que vos hacés (y nunca se enferman).
Voy a empezar por lo que me toca: cada año, en alguno de los congresos internacionales que desmenuzan el futuro del periodismo, los gurúes anuncian que hay un robot a punto de lograr hacer lo que hago yo. Y eso no resulta muy tranquilizador. Hace poco supe que en la web de Los Angeles Times había una “máquina-periodista” que cubría los terremotos (en California parece que hay uno día por medio) de manera automática, independiente y, lo más importante, antes de que lo haga la competencia. En muchas redacciones, ya son máquinas las que cargan los resultados deportivos y las estadísticas económicas, y parece que pronto estarán en condiciones de redactar columnas tan tiernamente humanas como esta. Digo todo esto para que no te sientas atacado cuando te revele que es muy probable que tu trabajo se halle en vías de extinción. Compartimos camarote en el Titanic, no sé si eso sirve de consuelo.
Un informe de los profesores de la Universidad de Oxford Carl Benedikt Frey y Michael Osborne presentó una lista de más de 700 profesiones que se encuentran en riesgo inminente debido a la automatización de procesos que ocurrirá en los próximos años. En el ránking se destacan los repartidores de mercancías (jaqueados tanto por los drones como por los autos que se conducirán solos), los empleados que se dedican a la atención al público (que ya vienen desapareciendo en cines, bancos, estaciones de combustible y pronto lo harán también en locales de comida), los obreros industriales, las secretarias, los bibliotecarios y los oficinistas en general. Es una lista amplia, ¿no?, en la que muy probablemente encontrás tu profesión actual. No intentes romper la revista, ella no tiene nada que ver.
El informe asegura que los empleos que tienen mejores chances de sobrevivir serán los creativos, aquellos en los que el factor humano –y no la mera repetición de procesos– juegue un rol más relevante. Pero tampoco es que estén completamente a salvo: un robot presentado hace poco por Toyota toca el violín como los dioses, con una precisión casi inalcanzable para un ser humano. Incluso, se le pueden programar diferentes expresividades para tocar una misma pieza.
Es inútil resistirse: de la automatización ni siquiera se salvará el trabajo más antiguo del mundo. En Japón, el sitio donde todo lo que suena a delirio futurista se convierte en realidad, ya hay en funciones burdeles de prostitutas robóticas que se parecen mucho a personajes de manga y que se diseñan al gusto de cada cliente.
Me gustaría decirte que es ciencia ficción, pero no, de ficción no tiene nada.
HAY 700 PROFESIONES EN RIESGO DE EXTINCIÓN. UNA PUEDE SER LA TUYA.