PTaotdaeDmios comer de todo
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Los albores de 1872 no fueron un canto a la esperanza para la comunidad de Tandil, en Buenos Aires, sino un mar de lágrimas. La madrugada del 1° de enero, cuando todos dormían, unos cincuenta gauchos al mando de Gerónimo Solané –Tata Dios–, armados con sables, carabinas y lanzas caseras, avanzaron con saña sobre una parte de la población, cometiendo uno de los mayores actos de xenofobia de la historia argentina. Fueron 36 las víctimas fatales, entre ellas, vascos, españoles, británicos, italianos y nativos. Grandes y niños. En esos relámpagos de violencia, estas familias inmigrantes descubrieron la demencia del gaucho acorralado, un actor social tildado de vago y bandido, que venía siendo desprestigiado socialmente por la clase terrateniente que dibujaba el nuevo modelo de país. Tata Dios se autoproclamaba profeta, y odiaba a “gringos y masones” por sobre todo, por más que él mismo era hijo de un francés. Su sugestiva forma de hablar y la fama que había ganado como sanador, en tiempos en que escaseaban los médicos, dotaron a sus “revelaciones” de cierto carácter místico, que sus seguidores acataron con gran temor. Basada en hechos reales, la novela de Juan Basterra logra una interesante reconstrucción de época (escenarios, habla cotidiana) y camina por ese camino sinuoso que separa la novela histórica del relato de no ficción, heredero del gran Rodolfo Walsh. $ 295