Amigos de cuatro patas
Rumbos: Me encantó la nota "Dedicar la vida a salvar vidas" sobre el refugio de animales que fundó una pareja de jóvenes (Rumbos N° 782) en Buenos Aires. Debe ser una tarea ardua y sin mayores recompensas que la satisfacción de llevar a cabo una buena acción. Me emocionan casos como estos, que hacen que uno recupere la fe en las personas y sus valores. Preocuparse por proteger e incluso salvar las vidas de los seres más indefensos –como las de estos animalitos, pero también las de los bebés y los niños– debería ser nuestra prioridad como sociedad. Si fallamos en esa tarea primordial que es la defensa incondicional de la vida, ¿cómo podremos luchar por causas más complejas? Felicitaciones a los que hacen la revista por poner en foco realidades como esta. Azul Ríos Montero, Rosario.