Cataratas: viaje a lo profundo de la vida
Paseos bajo la Luna, un sector para el chapuzón y un bar de hielo, lo nuevo para redescubrir nuestras hermosas cascadas.
En tiempos en que el dinero no abunda y las vacaciones son esperadas como agua en el desierto, el Parque Nacional Iguazú es uno de los destinos más apuntados por el turismo nacional e internacional. La reserva natural tuvo uno de los años más fructíferos en cuanto a cantidad de visitan- tes, con un incremento del 4 por ciento respecto a 2017, y apuesta a un verano superador.
Las Cataratas del Iguazú conforman una de las Siete Maravillas Naturales del planeta, y son muchas las personas que todavía no conocen el paraíso verde misionero, donde confluyen saltos im- ponentes, una selva cuasi impenetrable y la diva del lugar: la Garganta del Diablo.
Situado en el extremo norte de la provincia de Misiones, el Parque Nacional Iguazú está íntegramente comprometido con la preservación de la naturaleza y, gracias al Tren Ecológico de la Selva, es posible recorrerlo a lo largo y a lo ancho, sin dañar la flora y la fauna autóctonas del lugar.
Para los amantes del trekking también existen motivos suficientes para no perderse de visitar la “esponja verde” misionera, ya que sus senderos bien señalizados unen una escenografía natural digna de una película de Hollywood.
Si sos uno de los privilegiados que visita el Parque Nacional Iguazú este verano y te apasionan las caminatas, el sendero Macuco es la opción que tenés que elegir. Con una extensión de 6 km (ida y vuelta), este camino desemboca en el único sitio habilitado para bañarse dentro de la reserva: el Salto Arrechea. Esta caída de agua de 23 metros de altura genera una pileta natural de aguas transparentes, ideal para darse un chapuzón durante la excursión.
Mediante esta ruta autoguiada también podemos llegar al territorio de los monos Caí, donde el visitante podrá encontrarse con estos curiosos personajes, y desconectarse por un rato del bullicio de la ciudad. •