Brasil antiguo y paradisíaco
A hora y media de Río, esta bella ciudad que tuvo el primer camino para coches del Brasil, combina un pasado fascinante con playas de aguas turquesas y exuberancia tropical.
Una bahía impresionante, aguas turquesas que bailan al compás del viento, arena fina, cascadas y montañas ganadas por la vegetación tropical .¿ Qué más tendríamos que pedirle al paraíso? Ahora y media de la ciudad de Río de Janeiro, viajando hacia el oeste, el municipio de Mangaratiba propone una escapada divertida y placentera para los amantes de la naturaleza y la historia: aquí podemos disfrutar de los deportes náuticos, la pesca y el ecoturismo, pero también asomarnos al antiguo Imperio del Brasil visitando las Ruinas de Saco, que son la entrada a la Estrada Imperial, el primer camino para vehículos que tuvo el país, en 1856. Mangaratiba es también uno de los principales accesos a Ilha Grande, una ínsula preciosa donde no circulan autos y los pájaros y el agua mandan.