Canción de cuna
Mi hijo nació un viernes 13. Y en el momento en que pusimos un pie fuera de la clínica, con él en brazos, un gato negro pasó caminando delante nuestro. Nos miramos con su mamá. Como augurios, no eran los que hubiéramos imaginado. Pero al final salió todo de perlas. Ayer cumplió 18. Mi sensación – supongo que nos pasa a todos– es que cerré los ojos y al abrirlos tenía al lado a un hombre, ¡un mayor de edad!, con sus mundos propios, sus amores, sus angustias… Uno de los grandes denominadores comunes entre nosotros fue siempre la música. En el ránking de los episodios más felices de mi vida está bien arriba un viaje que hicimos los dos en un viejo Renault Twingo hasta la Patagonia, escuchando y pensando a Charly, los Chilli Peppers, Dylan, Amy Winehouse, los Stones y tantos más. De bebé le costaba muchísimo dormirse. No lo culpemos, pobre, fui padre joven y la verdad es que carecía de cualquier know how. Podía llegar a pasar una hora balanceándolo a través de su cuarto hasta que quedara lo suficientemente frito como para aparcarlo en su cuna con ciertas garantías. El mantra que le susurraba aquellas noches era You´ve got to hide your love away, un tema de Lennon que tiene una preciosa melodía de flauta traversa, interpretada por un músico callejero que los Beatles invitaron a grabar en su disco “Help”. Es la misma canción con la que mi mamá nos arrullaba a mi hermano mellizo y a mí, allá por los lejanos años 70. Quién sabe, quizás sea también la que Juan elija para hacer dormir a su bebé, cuando llegue el momento.
Lo and Behold
Un fascinante recorrido por la historia de internet, su evolución y las nuevas tecnologías como la robótica o la inteligencia artificial. Está en Youtube con el nombre Meditaciones sobre un mundo conectado.