Trabajo “híbrido”, jornadas de menos horas y capacitación digital.
Muchos aspectos de nuestro trabajo cambiarán tras la pandemia; aún no podemos mensurar efectos, pero está claro que la experiencia del home office (trabajar desde casa) que en estos meses han hecho millones en todo el globo, no pasa desapercibida y que tanto trabajadores como empresas, desde diferentes ópticas, han observado ventajas.
Desde las compañías, de hecho, ya se difunden globalmente relevamientos como el de la consultora Adecco (realizado de marzo a junio entre mil empresarios, gerentes y trabajadores de Australia, Francia, Alemania, Italia, Japón, España, Reino Unido y EE.UU., y al que se sumaron datos de Argentina), que aseveran un cambio rotundo. ¿En qué aspectos? Por ejemplo, dicen, a futuro las rutinas de trabajo serán “híbridas”: combinarán días en la oficina con otros de labor remota (74% de los encuestados lo vio positivo; y entre los argentinos, ocho de diez dijeron que les gustaría seguir con el home office tras la pandemia).
Adecco también augura que crecerán las ganas de incorporar habilidades digitales y que la jornada laboral disminuirá porque trabajaremos “por objetivos”: el 42% de los consultados argentinos admitió dedicar más horas al trabajo desde casa, pero seis de cada diez reconocieron que desde allí trabajan más relajados.
Del otro lado del fenómeno, sindicatos de todo el mundo relativizan las proyecciones y advierten que de no consensuarse a fondo, estos cambios podrían deparar mayor precarización del empleo e inestabilidad laboral. En la Argentina ya se debate en el Congreso un proyecto de ley que plantea una serie de derechos que amparen a quienes trabajan a distancia.
La telemedicina llegó para quedarse. Si bien las videoconsultas y las recetas digitales no son nuevas, la pandemia las volvió esenciales, sobre todo en el plano de la atención primaria y el seguimiento de patologías crónicas. En un futuro ideal, los hospitales podrían quedar para urgencias e internaciones, colaborando la telemedicina en descomprimir el sistema de salud.
¿Pero qué cambiaría en lo cotidiano? Por lo pronto, el uso masivo de teleconsultas evitaría que gran cantidad de personas circulen enfermas o se expongan a virus en guardias y consultorios. Otras ventajas son operativas: turnos sacados a través de apps, y nada de extensas