Cómo vivir sano y morir en el intento
Primero dijeron que para dormir mejor no había que cenar. Lo hice, pero el hambre me despertaba muchas veces de noche.
Después, leí que 347 de los 1.250 grupos de alimentación saludable que aparecen en las primeras búsquedas de Google recomiendan ingerir de noche manteca de maní, nueces, almendras, pistachos, queso fresco, pan negro, yogur griego, té de manzanilla y huevos.
Seguí eso al pie de la letra, pero no funcionó. Había leído mal. No era “y huevos”, sino “o huevos”. Hasta que me di cuenta, cada noche me mandé un cuarto kilo de cada uno de esos productos. Nunca pude dormir bien.
Hablando de huevos, primero decían que había que comer uno por día. Después, dos por semana. Ahora, entre tres y cinco cada siete días. Se resolverá con un tatetí.
Tener un cuerpo saludable no es fácil. Un estudio realizado en la Universidad de Taiwán descubrió que los hombres que fumaban eran más propensos a la pérdida de cabello relacionada con la edad. Conmigo funcionó: nunca fumé y la calvicie no me llegó con la edad, sino a los 18 años.
El neurobiólogo Leo Chalupa afirma que necesitamos un día de completo silencio para lograr el funcionamiento óptimo del cerebro. Cómo se nota que no tiene una madre judía.
Una investigación reciente muestra que el uso de videojuegos en chicos de 15 a 18 años potencia la mente y la habilidad para adoptar decisiones ventajosas en escenarios de riesgo. Si usted ve a su hijo babear como una planta frente a esa pantalla seis horas por día, no se preocupe: sabrá cuándo limpiarse la baba.
Científicos de la Universidad de Perdue (EE.UU.) recomiendan no hacer pis en la pileta, ya que el cloro puede ser peligroso si se mezcla con la orina. Demasiado tarde.
Dicen que pegarse una ducha fría en pleno verano no funciona, ya que el cuerpo, al intentar compensar el cambio brusco de temperatura, nos sofoca. El neurocientífico Robin McAllen aconseja tomar una taza de té caliente en los peores días de calor para estimular la transpiración, el mejor método refrigerante del cuerpo. Es bueno, además, para morir deshidratado.
Mi dieta se compone de espinaca contra la diabetes, papaya para evitar la degeneración macular, manzana para el corazón, alcaucil para el colesterol, banana para las hemorroides, porotos para la presión, cerezas contra la anemia, arándanos para la digestión, brócoli contra la constipación, zanahoria para limpiar el hígado, remolacha para los glóbulos rojos, coliflor para la gastritis, acelga contra el acné, champignones para la longevidad, maíz contra las caries, soja contra el cáncer, arvejas para prevenir apendicitis, berenjena para la piel, trigo contra la acidez y pepino como diurético.
Se puede tener una vida saludable, si no nos molesta ser obsesivo-compulsivos. Nada que no se cure con un poco de yoga.