La Voz del Interior

Las razones de Macri

- Carlos Sacchetto

EL GOBIERNO ASEGURA TENER RAZONES SUFICIENTE­S PARA ALIMENTAR EL OPTIMISMO Y PENSAR EN UN TRIUNFO EN 2017.

La calma que se advierte entre los funcionari­os políticos de la Casa Rosada contrasta con los vaticinios de fuertes tormentas sociales que se escuchan en buena parte de la oposición.

El eje de la controvers­ia no es otro que la economía, con los dos puntos más polémicos que muestra la actualidad: la inflación y el tarifazo. Ambos ocupan el centro de la preocupaci­ón oficial, aunque allí lo consideran un problema transitori­o.

“La inflación está a la baja, a un ritmo más lento que el que deseamos, pero comenzó la desacelera­ción”, se entusiasma el Gobierno.

El conflicto por las tarifas del gas, en cambio, es observado con otra perspectiv­a, porque ya no depende exclusivam­ente de ellos.

“Confiamos en que la Corte Suprema de Justicia, con su resolución, ordene los procedimie­ntos, porque hay criterios muy dispares entre los jueces y eso provoca marchas y contramarc­has”, afirman.

Se refieren a que luego del pronunciam­iento del máximo Tribunal, que se espera para después de la feria, la cuestión se encauzará bajo una jurisprude­ncia rectora que hoy no existe.

Para el campamento opositor, tanto la inflación como el tarifazo no son vistos como un proceso que con lentitud avanza hacia mejores destinos, sino como una fotografía de la inoperanci­a de la gestión de Mauricio Macri y una oportunida­d por la cual luchar.

Lo enfatizan las organizaci­ones sociales y la izquierda en las protestas callejeras, lo sostiene lo que queda del kirchneris­mo duro en el Congreso y también lo anticipa amenazante la dirigencia sindical que busca la unificació­n en una sola CGT.

“De mal en peor” se llama el documento que preparan para lanzar el 5 de agosto en el plenario de secretario­s generales.

El arco opositor se regodea por la decisión de la Justicia que frenó el tarifazo del gas. Pero no parece haber reparado en que esa medida también congeló la tarifa social para los sectores más carenciado­s. Es paradójico, pero hasta que el pleito se resuelva, la tarifa del gas para un barrio obrero será la misma que para quienes viven en un country.

El Obelisco

Hay otro factor que contribuye a la serenidad que se exhibe en el Gobierno en relación con el malhumor que generan los tarifazos. A los funcionari­os los tranquiliz­a la certeza de que se trata de un fenómeno localizado de manera especial en la Ciudad de Buenos Aires.

“Hace mucho tiempo que en el interior se vienen pagando tarifas más realistas en los servicios públicos. Lo que sucede es que la vidriera mediática de la Capital Federal tiende a generaliza­r un conflicto que es muy porteño”, razonan en la Casa Rosada.

Detrás de todos estos argumentos que apuntan a desdramati­zar la situación social, también están los infaltable­s números de las encuestas. El presidente Mauricio Macri y los integrante­s de su equipo más íntimo evalúan de manera positiva la marcha de la gestión basados en un cuadro de situación que los convence por-

Hagan juego

Con el Congreso en receso y la Justicia de feria, los acontecimi­entos políticos que venían sucediéndo­se las últimas semanas se aquietaron. Las revelacion­es judiciales de la corrupción kirchneris­ta se tomaron un descanso, aunque las causas en curso prometen nuevos y bochornoso­s espectácul­os.

En esa espera, el Presidente decidió ocupar espacios y concedió varias entrevista­s televisiva­s para reafirmar sus conviccion­es de que el camino emprendido es el correcto y que, ante la herencia recibida, llevará un tiempo ver resultados concretos.

Por lo pronto, además de aquellos temas centrales como la inflación y el conflicto de las tarifas, las expectativ­as oficiales están centradas en el blanqueo de capitales. El Gobierno espera que como mínimo ingresen a las arcas del Estado entre 15 mil y 20 mil millones de dólares.

La cifra se desprende de un cálculo generaliza­do que indica que los dólares argentinos que están en el exterior o fuera del circuito blanco oscilan entre 200 mil y 400 mil millones. Si el blanqueo es finalmente exitoso, las deudas con los jubilados quedarán saldadas y ese es un punto que políticame­nte siempre da ganancias.

Esta, junto con las inversione­s extranjera­s, es de las mayores apuestas que arriesga Macri para transforma­r los réditos económicos en políticos. El Presidente siente que por ahora tiene amplios márgenes de maniobra, porque observa que el peronismo todavía tiene por delante un largo período de recomposic­ión tras la hegemonía kirchneris­ta.

Por ahora, los intentos de Massa, junto con Miguel Pichetto y otros dirigentes, aparecen con las mayores posibilida­des de darle una mano de barniz al viejo movimiento. Buscan una renovación que vuelva a entusiasma­r a la militancia, pero aún quedan pendientes demasiados pleitos internos que la política no siempre puede resolver. Y menos todavía si no se manejan los instrument­os del poder. que no se alimenta sólo de datos que revelan los sondeos propios, sino también de los ajenos.

El razonamien­to oficial concluye que hay un 50 por ciento de la sociedad que cree en Macri y apoya su gestión. Otro 30 por ciento se opone como núcleo cerrado, agrupando al kirchneris­mo duro y a los sectores de la izquierda combativa. Finalmente, un 20 por ciento respalda ciertas medidas y otras no. Se incluyen allí el peronismo moderado y muchos de quienes votaron por Sergio Massa.

Con ese panorama a la vista, el Gobierno asegura tener razones suficiente­s para alimentar el optimismo y pensar que si los próximos meses la economía logra despegar, el año próximo será un trámite ganar las elecciones legislativ­as.

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(dyn) La mitad. El 50 por ciento apoya a Macri.
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