La Voz del Interior

Frustració­n

Belgrano cayó 4-3 por penales después de perder 2-1 con Coritiba y desperdici­ó una oportunida­d histórica.

- Pablo Ocampo pocampo@lavozdelin­terior.com.ar

Un final inesperado, doloroso y triste fue el de Belgrano en la Sudamerica­na, porque después de haber ganado 2-1 en Brasil, de haberse puesto en ventaja en Córdoba, fue presa de sus nervios y perdió el partido 2-1 ante Coritiba, lo que llevó todo al dramático sistema de tiros desde el punto de penal y falló, con lo cual la ilusión de seguir de caravana se desmoronó para el Pirata.

El llanto de los juveniles del Celeste, de esos que sienten la camiseta envuelta al corazón, fue una síntesis de aquellos que desde las tribunas casi incrédulos vieron cómo se escapó una chance de seguir en competenci­a que a priori era difícil que sucediera.

Muchos miraron con asombro lo que sucedió en el campo, lo que fue eliminació­n cuando no debía ser. Pero cuando las cosas no se hacen bien en cancha, el resultado es casi una consecuenc­ia. Allá, Coritiba hizo mal su parte y perdió; acá le tocó al Pirata y perdió. Los aplausos de la gente para darles las gracias a sus jugadores por el esfuerzo no calmarán el dolor, pero el fútbol es así. Ganar o perder son alternativ­as del juego y aunque pareció que no se podía escapar, se escapó, y el cachetazo que en el juego le dio Coritiba se selló en los penales.

La fiesta que no fue

El contexto estuvo preparado para ser una fiesta que no llegó. Fue una noche de mucho nervio y de la que seguro el DT y los jugadores sacarán conclusion­es para el futuro, pues hubo demasiados errores en una jornada que debió ser de alegría. No hubo uñas que resistiera­n tanta tensión ni nervios que pudieran calmarse ante este tipo de partidos. Porque no fueron 90 minutos: fue una semana entera esperando el juego y soportando que el reloj no quisiera meterle el acelerador para que todo pasara de una vez.

Los trapos se dispusiero­n en todos los rincones del Kempes, las butacas se ocuparon como nunca, hasta la última, esa del rincón de arriba que siempre tiene tierra y telarañas. El rugir del estadio se escuchó en cada minuto en la previa y se fortaleció con el correr de los minutos, y el inicio del partido los encontró con motores a pleno, gargantas calientes y pulsacione­s a mil. De repente el cemento se estremeció con los equipos ingresando al campo y la plegaria de la gente se hizo ensordeced­ora. Más de 57 mil personas saltaron al ritmo de la música que surgió en la cabecera Artime y recorrió el pecho de los Piratas contagiánd­olos de fervor y locura.

Hubo un pico máximo de estremecim­iento y fue con el gol de Bieler. El delantero metió una chilena y pareció que la serie estaba encaminada. Pero no. Llegó el tiempo de los nervios, de los viejos errores, y fue cuando el visitante empezó a llenar de centros el área de Olave para ganar seguido. Nadie quiso mirar, pero el equipo no reaccionó y Coritiba metió el empate antes del cierre del parcial.

El entretiemp­o fue una larga conferenci­a entre los 57 mil espectador­es que le buscaron una explicació­n a lo que se vio en cancha. Y si algo faltó para que los nervios castigaran a los corazones golpeados, fue el gol de cabeza de Bareiro, que llevó el pase a la definición por penales. Fue como una fantasía que se desplomó con cada remate desde ese punto blanco que fue el de la sentencia a un sueño copero que se desgranó en los últimos dos tiros. Porque Olave atajó el primero y pareció que la cosa se encaminaba, pero otra vez fue sólo un instante, como el gol de Bieler. Falló Luna, falló Álvarez Suárez, y la alegría fue brasileña.

 ?? (FACUNDO LUQUE) ?? Golpe inesperado. Gastón Álvarez Suárez, a quien le atajaron el penal decisivo, encabeza la retirada celeste en el Kempes. Belgrano lo tenía todo y se quedó sin nada.
(FACUNDO LUQUE) Golpe inesperado. Gastón Álvarez Suárez, a quien le atajaron el penal decisivo, encabeza la retirada celeste en el Kempes. Belgrano lo tenía todo y se quedó sin nada.
 ?? (FACUNDO LUQUE) ?? Wilson ya le atajó el penal a Álvarez Suárez, comienza el festejo de Coritiba y atrás los hinchas celestes no lo pueden creer. Tristeza sin fin.
(FACUNDO LUQUE) Wilson ya le atajó el penal a Álvarez Suárez, comienza el festejo de Coritiba y atrás los hinchas celestes no lo pueden creer. Tristeza sin fin.

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