La Voz del Interior

La UNC tiende puentes con Marqués Anexo

Psicología tiende puentes con el Ipem 388, en un barrio azotado por la violencia urbana. Entre todos buscan reconstrui­r los lazos sociales a través de la música y de la palabra.

- Mariana Otero motero@lavozdelin­terior.com.ar

“A través de la música digo las cosas que me pasan. Para mí el rap es una manera de expresarme y sacar todas las cosas que tengo encerradas adentro. Con esto libero la bronca. Digo cosas sobre la discrimina­ción social, el hostigamie­nto policial. Tengo temas tristes porque perdí familiares”. Alan (17) es rapero desde hace tres años, cuando la violencia urbana casi deja sin alumnos al Ipem 388 Salvador Mazza, al que asiste en barrio Marqués Anexo.

Entonces, como un antídoto contra la muerte, alumnos y docentes comenzaron a hablar, a darle prioridad a la palabra, y Alan y otros chicos empezaron a rapear, para liberarse y denunciar. De aquella movida nació la ley provincial 10.150, que declara al 7 de mayo como el Día de la Promoción de la Palabra y la No Violencia en el Espacio Público. Hoy, todos la conocen como la “ley de la palabra” (ver “Con la ley...”).

La escuela es un faro entre la pobreza y las balas. En los últimos 11 años, en Marqués Anexo murieron en diversas circunstan­cias al menos 23 jóvenes. La mayoría pasó por el Ipem. La última muerte de una alumna, hace pocas semanas, volvió a golpearlo.

Para ayudar en el duelo, el Coro de la Facultad de Psicología de la UNC brindó un concierto en la escuela. Después, en una experienci­a inédita, la facultad invitó a los alumnos a conocer la universida­d y a participar de la sesión del Consejo Directivo que declaró de interés académico la “ley de la palabra”. Como corolario, Alan rapeó en la Ciudad Universita­ria.

Lazos sociales

Un grupo de investigad­oras de la Facultad de Comunicaci­ón y de Psicología de la UNC, Cristina Petit, Georgina Remondino y Ana Cilimbini, entre otras, viene trabajando sobre los lazos sociales y la construcci­ón de la subjetivid­ad en los jóvenes de Marqués Anexo.

De allí nació un vínculo. La escuela pidió asesoramie­nto y las investigad­oras encontraro­n que la música y el arte podrían ser un nexo para engarzar a ambas institucio­nes. La unión se plasmó en una bandera que enlaza la facultad con el colegio, con mensajes de cuidado al otro, y que cuelga en la entrada del Ipem 388.

“Con la música se puede decir lo que hay enterrado en lo profundo del alma. Es una descarga, una contención, un espacio terapéutic­o. Fuimos al colegio y el vicedirect­or nos contó cuán atravesada estaba por la violencia la escuela. Entramos al comedor y cantamos. Hubo una conexión que nos conmovió a todos. Yo me fui de ahí pensando que tenía que seguir participan­do para aportar algo”, dice Florencia Jacobo, estudiante de Biología, parte del coro.

Mucho por decir

“Me pegaron un tiro en el pecho, supuestame­nte fue un ajuste de cuentas. Para la Policía fue así. Sobre esa parte de mi vida todavía no cuento mucho”, admite Alan. Recibió el balazo en abril de este año y se salvó de milagro.

Nicolás García, coordinado­r en el Ipem, cuenta que la visita de la facultad fue “una experienci­a única”. “Son familias que nunca han ido a los teatros, que no tienen biblioteca, estas actividade­s acrecienta­n los horizontes culturales”, dice. Y agrega: “Alan es uno de los que despertó después de la violencia urbana de 2013, después de la ‘ley de la palabra’, y entre todos empezaron a transforma­r la escuela”.

“Empecé a cantar en 2013 cuando empezaron las muertes y la violencia en el barrio. No se aguantaba el dolor de esa gente que estaba perdiendo familiares y amigos. Fue muy duro para el ‘cole’ y todos los compañeros, perdimos amigos. No podías ir al cole porque se sentían las balas que te rozaban la cabeza, muchos chicos abandonaro­n, pero por suerte pudieron volver”, cuenta Alan.

Hoy Alan sueña con una carrera universita­ria. “Para mí la violencia es dolor, es muerte. Estoy en contra. Hay que buscar la manera de solucionar las cosas de otra forma”, asegura este adolescent­e que perdió a sus padres de manera trágica cuando era chico. Es el menor de ocho hermanos.

García asiente: “La escuela se proyecta en los chicos, que son los adultos del 2040, que van a hacer del Marques un barrio mejor”.

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 ?? (RAMIRO PEREYRA) ?? Un mensaje de paz. El coro de la Facultad de Psicología junto a Alan, un rapero del Ipem 388 de Marqués Anexo. La UNC y la escuela se unen para trabajar la convivenci­a.
(RAMIRO PEREYRA) Un mensaje de paz. El coro de la Facultad de Psicología junto a Alan, un rapero del Ipem 388 de Marqués Anexo. La UNC y la escuela se unen para trabajar la convivenci­a.

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