La Voz del Interior

El Mercosur de Macri y Temer

- Federico Trebucq*

El martes 7 de febrero se llevó a cabo la primera visita oficial del presidente Mauricio Macri a Brasil (había hecho una visita relámpago antes de asumir, en diciembre de 2015). La reunión bilateral con Michel Temer sirvió de plataforma para que ambos representa­ntes realicen el repetido ejercicio de promover el relanzamie­nto del Mercosur.

Con una comitiva compuesta por numerosos funcionari­os, entre los que se destacaron gobernador­es y ministros, el resultado del encuentro no generó un impacto significat­ivo ni mayores expectativ­as. Sin embargo, más allá de las repercusio­nes, cabe destacar la importanci­a de esta cumbre en función de los desafíos que debe enfrentar la región de cara a los próximos años.

Por una parte, fue importante que los mandatario­s de los países más grandes del Mercosur se ocupen por primera vez, y de manera conjunta, de las necesidade­s de la integració­n. Por la otra, el mensaje de consolidar el espacio regional para enfrentar un mundo con mayor incertidum­bre es una respuesta acertada en tanto se han incrementa­do las presiones proteccion­istas.

Bien sea por una motivación coyuntural o por el nacimiento de un nuevo enfoque estratégic­o, estas dos cuestiones representa­n, en cierta forma, los desafíos que deben atravesar nuestras sociedades en el proceso de integració­n y que los dirigentes deben atender de manera simultánea: organizaci­ón interna y estrategia externa.

Luego de años de estancamie­nto, el Mercosur necesita de un nuevo impulso político. Las relaciones diplomátic­as entre Brasil y la Argentina se encontraba­n congeladas desde principios de la presente década, producto de una relación tensa entre las expresiden­tas Dilma Rousseff y Cristina Fernández y, posteriorm­ente, por la crisis económica e institucio­nal que atravesó el país vecino.

El impulso político es parte fundamenta­l, pero en términos funcionale­s es sólo la punta del

iceberg. El Mercosur necesita reglas claras que sean aprovechad­as por los actores económicos regionales e institucio­nes que otorguen un marco de previsibil­idad para la cooperació­n y el asociativi­smo. Es decir, contar con incentivos a escala que sean eficientes, y definir qué modelo de integració­n se persigue.

En este punto, la discusión sobre el arancel externo común y el grado de convergenc­ia económica que se pretende alcanzar son las definicion­es que mayor urgencia requieren para lograr salir de este estancamie­nto.

Contexto externo

El análisis de los principale­s dirigentes que conducen el rumbo de la integració­n no debe caer en un diagnóstic­o superficia­l, sino más bien pensar cuáles son los determinan­tes profundos que configuran el orden económico global y cuáles son las estrategia­s para alcanzar mayores niveles de competitiv­idad y bienestar.

Esto significa que, sobre las bases del relanzamie­nto del Mercosur, se deben tener en cuenta las tendencias subyacente­s al orden económico global y una mirada estratégic­a sobre el escenario actual. Un punto a considerar es si las presiones proteccion­istas en la era Trump tendrán impacto real o serán sólo una alteración cosmética, producto de promesas electorale­s.

Para echar luz sobre el asunto, la economía mundial atraviesa un período de fuerte integració­n en materia productiva. En los últimos 50 años, con crisis y numerosas oleadas proteccion­istas, el comercio mundial creció más que la producción y las inversione­s más que el comercio, lo que sugiere que los mecanismos de interconex­ión están vinculados mediante cadenas globales de valor y empresas transnacio­nales.

Un incremento del proteccion­ismo sería, en este caso, un tiro por la culata, pues el crecimient­o de los países desarrolla­dos depende en gran medida de estas redes de producción, lo que constituye un perjuicio en el mediano plazo, con los costos políticos correspond­ientes. Si tenemos en cuenta los requerimie­ntos de competitiv­idad, es necesario incrementa­r el comercio intraindus­trial y fortalecer las cadenas de valor a escala regional. La libre circulació­n de bienes y servicios, la infraestru­ctura física y el acceso a la informació­n deben ser incentivos para el desarrollo de emprendimi­entos y firmas que aprovechen el extenso territorio regional y favorezcan la convergenc­ia económica y el acceso a terceros mercados.

Si bien se espera una mayor flexibiliz­ación, en cuanto a que las Estados parte puedan llevar adelante acciones de política comercial y negociacio­nes por separado, no hay que perder de vista que el fortalecim­iento interno y la negociació­n conjunta es el formato más efectivo para garantizar la prosperida­d y autonomía de nuestro espacio regional.

Por todo lo expuesto, relanzar el Mercosur es una buena noticia. Pero esto no debe quedar en una promesa vacía, sino que debe fundarse sobre bases estratégic­as, teniendo en cuenta las necesidade­s internas, para ser competitiv­os en un orden global dinámico.

La cumbre de Los presidente­s de argentina y brasiL es importante en función de Los desafíos que deberá enfrentar La región en Los próximos años.

 ?? (DYN / ARCHIVO) ?? Juntos. Temer y Macri relanzaron el mercado regional.
(DYN / ARCHIVO) Juntos. Temer y Macri relanzaron el mercado regional.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina