El golpe que noqueó la ilusión de seguridad

No entraron al predio tras saltar el alambrado esquivándoles a las púas con una colcha; tampoco ingresaron trepando por una columna y anulando las cámaras de seguridad; menos aún ingresaron al complejo tras hacer un agujero en el cerco perimetral.

Lo de ellos llegó al límite de la temeridad. Se vistieron como falsos operarios de la empresa de agua, plotearon un vehículo y se mandaron a la guardia. Tras sortear el control, no sin mucha dificultad, rumbearon al chalé del ex directivo de la Afip. Sabían que Diego Garayzábal (43) tenía una alta suma de dinero. En medio del golpe comando, le pegaron un balazo en la cabeza. El hombre se salvó de milagro.

Sin desesperarse, los delincuentes se fugaron con una gran suma en efectivo por el mismo puesto de control por donde habían ingresado. No les importó quedar filmados por las cámaras. Hasta saludaron a los guardias.

Sucedió en septiembre de 2016 en un country del Camino a 60 Cuadras, zona sur de Córdoba.

Aquel asalto comando, aún impune, significó prácticamente un golpe casi de nocaut para lo que representa el paradigma de la seguridad que muchos complejos cerrados venden a sus clientes.

Una banda entra de día, ataca, balea, roba y escapa saludando.

Aquel golpe comando se agregó a una ola de episodios delictivos de menor escala que se registraron en 2016 en distintos complejos de la Capital y del Gran Córdoba.

Hubo casas saqueadas sin moradores, robos en chalés donde había niños y empleadas domésticas, asaltos de forma simultánea a tres familias en sus respectivas casas de noche bajo lluvia, ataques a viviendas y saqueos de cajas fuertes.

Los casos, reconocen fuentes policiales, son muchos y se superponen. No todos trascienden, claro, por una simple política de las administradoras de esos countries: ¿quién quiere aceptar que en su complejo una banda puede robar como en cualquier barrio?

No todo es robo. El 2016 escribió un drama brutal: el femicidio de Liz Funes (43). La mujer fue asesinada a puñaladas mientras dormía en un country camino a La Calera. Su novio se salvó. El supuesto asesino fue un ex de la mujer quien había entrado al predio y escapado para entregarse.