La Voz del Interior

La ciberextor­sión no perdonó a nadie

Encriptaro­n archivos y pidieron dinero virtual para desbloquea­rlos.

- Pablo Leites pleites@lavozdelin­terior.com.ar

Un virus que actúa “secuestran­do” los archivos existentes en el disco duro de computador­as individual­es para pedir luego un rescate económico es una amenaza que no solamente suena seria: lo es. Tanto como que en 2016, según la empresa de seguridad informátic­a Kaspersky Lab, más de 1,4 millones de personas en todo el mundo fueron afectadas por alguna variedad de esta modalidad denominada ransomware, con un pago promedio de 1.077 dólares hecho efectivo por cada víctima.

Sin embargo, el ciberataqu­e que este viernes afectó a miles de computador­as en todo el mundo, y que pasó de amarillo a naranja las luces de alarma de los departamen­tos de sistemas en grandes empresas e institucio­nes, provocó mucho menos pánico que una caída generaliza­da de WhatsApp.

Es posible que el blanco elegido por los hackers rumanos ayude a esa percepción, aunque en realidad es al revés: que hayan podido afectar 45 mil computador­as de redes internas de empresas como Telefónica, BBVA, Telecom Portugal, Vodafone, Banco Santander, los hospitales públicos en Inglaterra y organizaci­ones similares en 74 países en simultáneo, es mucho más grave que no tener mensajería por unas horas.

¿Por qué rumanos? El 75 por ciento del total de familias de este

malware detectadas en 2016 fue desarrolla­do por “cibercrimi­nales rusoparlan­tes”, pero este estaba codificado en rumano.

En Argentina hubo reportes de acciones “preventiva­s” desde la filial local de Telefónica, pero en Chile hubo empleados de Movistar que tuitearon la temida pantalla de rescate.

En concreto, cada PC hackeada este viernes por el ransomware WannaCry (“Quiero llorar”, en inglés) sufrió el encriptado de todos los archivos de extensione­s como .doc. dot. tiff. java. psd. docx. xls. pps .txt o. mpeg, y las reemplazó por la extensión. WNCRY. Ni falta hace aclarar que ningún programa puede abrir otra vez esos archivos, pero por las dudas apareció un mensaje avisando que la única manera de desencript­arlos sería pagar el equivalent­e a 300 dólares en bitcoins, una moneda virtual.

No parece mucho, pero si hacemos una cuenta rápida con el dato de la cantidad de PC afectadas durante 2016, hablamos de una estafa que puede totalizar más de 1.500 millones de dólares anuales.

¿Por dónde entran?

Evidenteme­nte, hay un cambio de estrategia, si se observa que, hasta ahora, solamente tres de cada 10 ataques era dirigido a orremedio ganizacion­es. De todas maneras, la puerta de entrada es la misma.

Todas estas intromisio­nes actúan explotando una vulnerabil­idad del sistema operativo de las computador­as. En este caso, WannaCry actúa sobre una vulnerabil­idad de Windows (resuelta con una actualizac­ión o “parche” hace unos meses por Microsoft) en varias versiones, desde Windows Vista SP2 hasta Windows 10 y Windows Server 2016.

De todas maneras, el factor humano está siempre presente, desde el momento en que es una clase de virus informátic­o que puede ocultarse bajo la apariencia de enlaces inofensivo­s que llegan por correo electrónic­o.

Frente al nivel de compromiso que figura en especifica­ciones del

que la misma Microsoft expone en su página de actualizac­iones de seguridad, llama la atención que el update no se haya hecho de manera compulsiva: en todas las versiones de la plataforma, incluido Windows 10, y en todos los ítems analizados se habla de una actualizac­ión “importante” o “crítica”.

La combinació­n es letal, porque el rescate que se exige son 300 dólares en bitcoins (esta moneda virtual no se puede rastrear). Pero además, en el mensaje que apareció en computador­as en Portugal, los cibercrimi­nales amenazan fuerte: la cifra “se duplicará a los tres días y si antes de siete días no pagan, los ficheros quedarán destruidos”.

Las herramient­as utilizadas

“Hackers” atacaron 45 mil computador­as en 74 países.

para encontrar y explotar debilidade­s de los sistemas operativos son las mismas, razón que puede inducir a pensar que todos los

hackers persiguen el mismo fin. Como puede verse, no es así.

De hackers y hackers

Los creadores del WannaCry, por caso buscan obtener dinero de manera extorsiva, un delito penado severament­e en los códigos penales de cualquier país.

Sin embargo, y sin entrar en mayores detalles, también está el tipo de hacker “antisistem­a” que persigue incomodar a organizaci­ones políticas, gubernamen­tales o empresas, sea para revelar informació­n oculta, generar conciencia o simplement­e importunar a sus ocasionale­s blancos.

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 ??  ?? en pantalla. Así se muestra el pedido extorsivo que hacen los “hackers” para restablece­r la normalidad de la computador­a.
en pantalla. Así se muestra el pedido extorsivo que hacen los “hackers” para restablece­r la normalidad de la computador­a.

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