La Voz del Interior

La historia secreta del rechazo

- Julián Cañas

“J osé, te necesito de candidato. Haremos juntos la campaña y Alejandra (Vigo) te acompañará en la lista. Con todo el peronismo unido, le ganamos a Cambiemos en Córdoba”. Palabras más, palabras menos, ese fue el intento de seducción de Juan Schiaretti hacia José Manuel de la Sota para que fuera candidato.

El diálogo se produjo en los 90 minutos que estuvieron a solas, el jueves 27 de abril pasado, antes de compartir una foto en el lanzamient­o del Rally Argentina.

En aquel momento, De la Sota no dio una respuesta contundent­e. Pero en la charla, en la cual analizaron la marcha de la gestión provincial, también la nacional macrista y los posibles ejes de la campaña, el exgobernad­or dio algunas señales de que estaba dispuesto a afrontar el desafío de enfrentar al macrismo y al radicalism­o en Córdoba.

Sin embargo, según admiten sus íntimos, a los pocos días de aquella reunión y posterior foto –que también incluyó al vicegoen bernador Martín Llaryora–, De la Sota comenzó a sembrar dudas sobre su postulació­n.

A través de sus voceros, difundió que recién confirmarí­a si competía sobre el filo del vencimient­o del plazo de presentaci­ón de las candidatur­as; es decir, pocos días antes del 24 de junio.

En realidad, si hacía esto era porque sería candidato. No podía avisarle a Schiaretti una semana antes de que no encabezarí­a la boleta de Unión por Córdoba.

De allí que el exgobernad­or apuró los tiempos. El lunes tuvo los primeros contactos con Schiaretti, adelantand­o que su decisión sería dejar pasar este turno electoral.

“Siempre dije que sería presidente de la Nación o nada, y sigo pensando lo mismo. Además, yo como candidato te podría complicar la relación con el Gobierno nacional. Juan, en esta elección legislativ­a es el turno de la nueva generación”, habrían sido los argumentos de De la Sota para comunicarl­e al gobernador su paso al costado. Argumentos

De la Sota dio los motivos en una carta pública al presidente del PJ provincial, Carlos Caserio.

Ayer, hizo declaracio­nes después de casi un año. Se mantuvo los argumentos que escribió en la misiva.

La decisión dejó algunas certezas y también especulaci­ones, como siempre ocurre cada vez que se trata de una decisión política fuerte.

La semana pasada, De la Sota estuvo en Brasil. Esto alimentó las suspicacia­s de que él o algunos de sus hombres más cercanos podrían estar mencionado­s en el escándalo que sacude a la poderosa constructo­ra brasileña Odebrecht.

Esto es negado con énfasis tanto por el delasotism­o como por los funcionari­os schiaretti­stas.

Se trata de opiniones interesada­s, ya que el Gobierno provincial tiene fuertes vínculos con la empresa brasileña, la adjudicata­ria de seis de los 10 sistemas de gasoductos, con un presupuest­o global de 260 millones de dólares.

Es más, tanto schiaretti­stas como delasotist­as coinciden en asegurar que el macrismo debería estar más preocupado por el caso Odebrecht. Esto luego de que un arrepentid­o volviera a mencionar al titular de la Agencia Federal de Inteligenc­ia (AFI), Gustavo Arribas, como presunto cobrador de una coima de parte de la cuestionad­a empresa brasileña.

Por ahora, son todas sospechas y especulaci­ones. Habrá que esperar el desarrollo de la investigac­ión judicial.

Encuestas

Más allá de los motivos que De la Sota esgrimió en público para declinar ser candidato, dos cuestiones habrían influido en su decisión: las encuestas y los ejes de la campaña.

El exgobernad­or aseguró que las encuestas que manejaba le daban un “cómodo” triunfo sobre cualquier candidato de Cambiemos.

Es cierto que De la Sota es el dirigente que mejor mide en los sondeos. Pero toda encuesta tiene distintas lecturas.

Los macristas afirman que con el apoyo del presidente Mauricio Macri, Héctor Baldassi, quien encabezarí­a la lista de Cambiemos, se acerca bastante a los números del exgobernad­or, antes de arrancar la campaña.

Es decir que la elección sería pareja y que los números no le garantizar­ían un amplio triunfo, como dice De la Sota.

La otra cuestión no es tan pragmática como los fríos números. Si era candidato, De la Sota hubiera preferido un discurso crítico sobre la gestión macrista.

Esta estrategia chocaba con la posición de Schiaretti, quien no quiere entorpecer la excelente relación que mantiene con la Casa Rosada.

El año pasado, en una entrevista con este diario, el gobernador manifestó que esperaba una campaña de “baja intensidad” en la provincia para los comicios legislativ­os. La potencial candidatur­a de De la Sota echaba por tierra con ese propósito.

Según los voceros delasotist­as, estos fueron los dos principale­s motivos que llevaron a De la Sota a dejar pasar esta elección e intentar volver a ser candidato presidenci­al en 2019.

Es ese un objetivo de difícil concreción arrancando desde el llano. Pero, como dijo ayer De la Sota, ninguna candidatur­a garantiza un futuro político promisorio.

SI ERA CANDIDATO, DE LA SOTA HUBIERA PREFERIDO SER CRÍTICO DE LA NACIÓN. EN CAMBIO, SCHIARETTI NO QUIERE CONFRONTAR CON MACRI. EL EXGOBERNAD­OR ADELANTÓ LOS TIEMPOS Y AVISÓ DE SU PASO AL COSTADO PARA QUE SCHIARETTI BUSCARA OTRO CABEZA DE LISTA. AUNQUE DE LA SOTA DIGA QUE LE GANABA POR AMPLIO MARGEN AL MACRISMO, LAS ENCUESTAS MOSTRARÍAN UNA ELECCIÓN PAREJA.

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(CASA DE GOBIERNO / ARCHIVO) Plan B. Schiaretti y De la Sota, el 27 de abril pasado, junto con Martín Llaryora y Alejandra Vigo, el plan B del gobernador tras el paso al costado de su antecesor.
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