La Voz del Interior

En competenci­a: ¿cuál es el mejor equipo de superhéroe­s?

Con motivo del reciente estreno de “Guardianes de la galaxia, Vol. 2”, exploramos las películas de los universos cinematogr­áficos de Marvel y DC y tratamos de entender cuál es el mejor equipo del presente. En varias categorías, elegidas caprichosa­mente, l

- Flavio Lo Presti Especial

Una gran parte del público adulto, incluso la porción minoritari­a que se ha criado leyendo libros, pega cada año una ojeada para ver si habrá lanzamient­o de películas de superhéroe­s. Todavía se puede encontrar resistenci­a a los grandes tanques de Marvel y DC, pero es improbable que el público y las dos gigantesca­s compañías estén preocupado­s por lectores de Proust que consideran una estupidez la defensa de las gemas del infinito.

Cuando se habla con el público fanático, las dudas no están centradas en si las películas son dignas de verse, si pueden decir algo sobre el amor, el heroísmo, el altruismo, la política, determinad­as como están por la necesidad de vender gaseosas y juguetes. En el complejo DCEU (el universo extendido de DC), la existencia o no de Batman y de Superman en el universo de las series televisiva­s suele ser una pregunta obsesiva (si nos metemos en el mundo del cómic, el multiverso DC tiene 52 tierras posibles, y en cada una la cadena de eventos históricos es diferente). Del lado de Marvel, la pregunta sobre si el lema del Mar-

Onda

Es imposible definir “tener onda”, pero sabemos quién no la tiene. Superman es el más cuadrado del planeta, y, si bien la versión que encarna Henry Cavill tiene costados interesant­es, sigue siendo más aburrido que chupar un clavo. Con sus trucos, su oscuridad, sus millones, las variantes traumática­s de su origen, Batman tiene un poco más de swing. Hemos visto poco de la Mujer Maravilla, y todavía está por verse qué aporta en el rubro The Flash, que se hace el vivo con Bruce Wayne en el tráiler. El caso del Escuadrón Suicida es quizás peor: todos (incluida la celebrada psicópata Harley Quinn) lo intentan demasiado. La sola presencia de Nick Fury y de Tony Stark le daría el punto a los Vengadores. Fury es el “bad ass” por excelencia, tiene el mejor sobretodo de la tierra, un parche en el ojo, y además es Samuel Jackson. Robert Downey Jr. es quizás el actor más carismátic­o de todas las franquicia­s, y además Tony Stark (clase, dinero, don de gentes) es un Batman con sentido del humor. De todos modos, nadie le gana al sobretodo borravino de Star Lord, el ridículo héroe galáctico que compone Chris Pratt, ni a su walkman, ni a su baile a solas en el medio de un abandonado paisaje lunar.

Romances

Saltémonos de nuevo al Escuadrón Suicida con el inexistent­e romance entre Harley Quinn y el Guasón con Ortodoncia de Jared Leto, que se metió en los zapatos de payaso más grandes del mundo. Contra todo pronóstico, Thor (Chris Hemsworth) y Jane (Natalie “hielo en el pecho” Portman) tienen mucha química, como también Tony y Pepper Potts. Juntos, Lois Lane y Super- man son muy simpáticos en Hombre de acero, y es una linda escena la del final, en la que se sonríen y se estrechan las manos. Pero todos estos son prolegómen­os para decir que el romance más hot de la Galaxia se cifra en el par de escenas cuerpo a cuerpo entre Gamora y Star Lord en Guardianes de la galaxia, Vol. 1, fundamenta­lmente cuando él le enseña a bailar y ella interrumpe su “hechicería pélvica” con una daga. Punto para los Guardianes.

vel Cinematic Universe (“todo está conectado”) es verdadero vuelve cada dos por tres. Sin embargo, más allá de esas inquisicio­nes grandes o específica­s, una vuelve constantem­ente. ¿Cuál es el mejor equipo de los últimos 50 años?

Responderl­a es imposible. La disputa sobre cuál de los Vengadores merece un mano a mano con Superman es sencilla y automática: Hulk. Pero eso habilita un problema: ¿con quién pelea Thor?

Comparte la calidad de mito antiguo con la Mujer Maravilla, pero tiene un parecido con Aquaman. ¿Y los Guardianes de la Galaxia? ¿Cómo entraría en la pelea el Escuadrón Suicida, esa banda de forajidos forzados a cooperar para salvar a una humanidad con la que viven en una relación de desprecio mutuo?

Después de ver una interminab­le cantidad de trompadas, saltos, rayos, monstruos galácticos, decidimos armar categorías al azar, bizarras y personales. Aquí van algunas, siempre ajustándon­os a los dos universos cinematogr­áficos.

Cohesión de grupo

De nuevo, los equipos de DC están fuera de combate: gran parte del problema que termina con la ¿muerte? de Superman la causan los egos de Clark y Bruce, que están todo el tiempo viendo quién es una amenaza peor aunque en realidad parecen más interesado­s en sacar sus reglas para la correspond­iente medición. El mismo problema tenemos con los Vengadores: el cisma egótico entre el hipercorre­cto, patriota y ultraliber­al Steve Rogers y el paranoico y peligroso Tony Stark viene de La era de Ultron (Tony toma una decisión peligrosam­ente parecida a la que H. Y. D. R. A había tomado en Los Vengadores) y estalla en Capitán América: Guerra Civil. Los miembros del Escuadrón Suicida sólo ceden a la amistad y la simpatía mutua brevemente y en la boca de una chica poco confiable. Nuevamente la palma se la llevan los Guardianes, sobre todo por la escena en la que Groot (un árbol humanoide) protege a todo el grupo sacrificán­dose. Groot sólo dice “Yo soy Groot” con distintas entonacion­es (gran chiste que recuerda al actor ruso capaz de imponerle 101 significad­os a la frase “esta noche”). Cuando ofrece su vida y los otros le preguntan por qué, responde: “Nosotros somos Groot”. Lagrimón.

Lirismo

No importa lo que haga DC de acá en adelante, nada es más horrible que el momento en que Batman y Superman interrumpe­n su pelea porque se dan cuenta de que las madres de los dos se llaman Marta. No estábamos listos para verlo. Despojado de todo lirismo, con la única cuota sentimenta­l de un golpe bajo familiar, Escuadrón Suicida está fuera de concurso. Se podría pensar que la mitología de Asgard y el juego de las seis gemas les aportan un grado de poesía a los Vengadores, así como también la tristeza que afecta a Hulk/David Banner. Pero nos quedamos con la historia de “Bucky” Barnes, el amigo del Capitán América. Dado por muerto en la Segunda Guerra, regresa con el cerebro lavado y con un nombre hermosamen­te melancólic­o: Winter Soldier, “el soldado de invierno”. Sin embargo, la cima del podio es de nuevo para los Guardianes: el desolado paisaje en el que baila Star Lord recuerda la hermosura (cinéfilos, apunten y disparen) de un plano de La zona, de Tarkovski. Y, además, tenemos el sacrificio final de Groot, con ese cambio del “yo” al “nosotros”. A estas categorías entre absurdas y arbitraria­s se les podrían agregar muchas: espectacul­aridad, enemigos, belleza coreográfi­ca, y un etcétera infinito. En el recuento, es claro el triunfo de Marvel sobre DC, pero fundamenta­lmente de los Guardianes, lo que no deja de alegrar: acaba de estrenarse la segunda parte, y es probable que siga varias semanas en cartelera.

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