La Voz del Interior

Decisión inmoral y anticientí­fica

- Lucas Viano

La decisión del presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París no sorprende. Fue una de sus promesas de campaña, incluso con el argumento de que el calentamie­nto global era un “cuento chino”.

En la práctica ya la había tomado parcialmen­te al cancelar las políticas energética­s de Barack Obama y al dar vía libre a las extraccion­es de petróleo en zonas costeras de Estados Unidos que su antecesor había protegido.

La anticienci­a de Trump es consistent­e. En su gabinete hay funcionari­os que reniegan de la eficacia de las vacunas.

También es paradójica porque proviene del país que más ha basado su crecimient­o en la ciencia. Si se quiere, el cambio climático es un “cuento yanqui” porque fue el científico estadounid­ense Wallace Broecker quien en 1975 predijo, por primera vez, que el calentamie­nto global estaba catalizado por la actividad humana.

En la actualidad, la evidencia es abrumadora. En su último informe, el Panel Interguber­namental sobre Cambio Climático de la ONU evaluó más de nueve mil artículos científico­s. La conclusión es que hay de 95 por ciento a ciento por ciento de probabilid­ades de que la acción humana sea ya la fuerza dominante del calentamie­nto global.

La decisión de Trump también es inmoral. Si bien ahora China es el mayor emisor de gases de efecto invernader­o, Estados Unidos es el país más contaminan­te en la historia de la era industrial. El sueño americano se logró a costa de envilecer la atmósfera planetaria. Ignorar el acuerdo es negar ese pasado y pensar que pueden seguir arrojando basura a sus vecinos sin consecuenc­ias y sin ensuciarse ellos también.

Lo grave es que muchos de esos vecinos no tienen posibilida­des de adaptarse a un mundo más caliente. El cambio climático lo sufrirán más los países pobres, pequeñas islas que desaparece­rán y naciones africanas castigadas aún más por sequías eternas.

Pero no es momento de convencer a Trump. Es tiempo de pensar qué hará el resto del mundo para mitigar los efectos de su decisión.

Ya se sabía que el Acuerdo de París iba a ser insuficien­te para limitar el aumento de la temperatur­a media global a dos grados respecto de los valores preindustr­iales. De hecho, el planeta ya es un grado más cálido. Estamos en cuenta regresiva. Con Estados Unidos afuera, la temperatur­a media global aumentaría entre 0,1 y 0,3 grados antes de fin de siglo, según las primeras estimacion­es.

El esfuerzo deberá venir de los otros países. También, el liderazgo. ¿Será la hora señalada para China? Por capacidad y responsabi­lidad se espera mucho más de Europa. A su vez, hay que calmar a las naciones en desarrollo que se sumaron a regañadien­tes porque considerar­on como insuficien­te la propuesta de Estados Unidos. No necesitamo­s otra fuga. También es tiempo de pensar si Washington no merece sanciones. Que pague por su contaminac­ión y su prepotenci­a. Una sanción ejemplar, para que sepa que el mundo se toma en serio el problema del cambio climático. Porque lo es.

Antes que sus efectos ambientale­s, es más urgente evitar estos efectos políticos. El Acuerdo de París fue el resultado de 20 años de negociació­n (desde la firma del Protocolo de Kioto hasta esta parte). Un proceso plagado de frustracio­nes, idas y vueltas y vericuetos diplomátic­os.

Pero quizá esa apesadumbr­ada burocracia internacio­nal sea la que ajusticie a Trump. El acuerdo determina que ningún país puede retirarse durante los tres primeros años y que recién se puede hacer efectivo al año siguiente. Es decir que Estados Unidos podrá retirarse el 4 de noviembre de 2020, un día después de las próximas elecciones presidenci­ales del país más poderoso y contaminan­te del planeta.

no es momento de convencer a trump. es tiempo de pensar qué hará el resto del mundo para mitigar los efectos de su decisión.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina