Tres años después
Se trata del único caso en Córdoba de este tipo, en las últimas tres décadas, que terminó en un asesinato. Está vinculado al comercio ilegal de drogas, según se sostiene en la investigación.
Un hombre fue imputado y detenido por lo que se presume fue el único secuestro extorsivo en Córdoba en el que la víctima terminó asesinada, hace tres años.
El sospechoso estaría vinculado al comercio ilegal de drogas, según los investigadores.
Tres años después, la investigación de lo que se presume es el único secuestro en Córdoba en el que la víctima terminó asesinada, al menos en los últimos 30 años, dio un giro llamativo: un hombre quedó imputado por ambos delitos.
El sospechoso, sobre el que los investigadores tendrían pruebas “contundentes” para endilgarle la participación en ese resonante caso, ya estaba detenido por un intento de homicidio.
Ahora deberá responder también por el delito de “secuestro extorsivo seguido de muerte”, que contempla una pena de 15 a 25 años de cárcel, e incluso la prisión perpetua si se comprueba que el homicidio fue intencional.
El caso ocurrió el 11 de marzo de 2014 en la zona aledaña al cementerio San Vicente, este de la ciudad de Córdoba, y responde a lo que en la jerga delictiva se conoce como un “narcosecuestro”.
La víctima, Carlos Dante “el Colorado” Leal (56), no sólo era un reconocido narcotraficante de ese sector, sino que también quedó vinculado a la causa conocida como “narcoescándalo”, que llevó a siete policías antidrogas al banquillo de los acusados por irregularidades en los operativos.
Uno de los procedimientos anulados por presuntas anomalidades había terminado con la detención de Leal y con el secuestro de cocaína en su casa de Müller.
Como el hombre volvió a la calle y pasó de imputado a testigo contra los policías, apenas apareció asesinado se temió que su muerte estuviera vinculada al narcoescándalo, algo que no surge en la investigación por el secuestro y el homicidio.
Antes, Leal había sido condenado a cuatro años de prisión por la Justicia federal en el marco de otra causa por drogas, pero había sido excarcelado hasta que Casación ratificara el fallo.
En el medio, los investigadores sostienen que Leal vendía drogas en los bailes de un reconocido grupo de cuarteto.
Giro
“Nunca la causa se paró”, sostienen ahora en la Fiscalía federal N° 2, a cargo de Gustavo Vidal Lascano, para explicar cómo tres años después este caso parece haber encontrado una luz.
Es que, por lo general, el paso del tiempo conspira para el esclarecimiento de los delitos.
Pero el crimen del “Colorado” Leal asoma como una excepción a este regla.
Durante estos tres años, los investigadores Antisecuestros de la Policía de Córdoba no dejaron de buscar información entre “buchones” y teléfonos intervenidos.
De esta manera, Gerardo “el Diente” Fernández (36) fue notificado la semana pasada de la nueva imputación que pesa sobre sus espaldas.
Al ser llevado el viernes anterior a la fiscalía de Vidal Lascano, Fernández se abstuvo de declarar.
El acusado también vivía en la zona aledaña al cementerio San Vicente y hace poco más de un año está detenido en la cárcel de Bouwer acusado de una tentativa de homicidio, según apuntaron las fuentes consultadas.
Plata y droga
Todo ocurrió el martes 11 de marzo de 2014 cerca de las 21, cuando dos personas con chalecos antibalas y armas se bajaron de un Peugeot 307 gris plata frente a la casa ubicada en Matheu y Pedernera. Arriba del auto se quedó un tercer miembro de la banda.
A esa hora, Leal charlaba con su exconcubina en la puerta.
Ambos fueron llevados adentro, mientras los intrusos exigían dinero y droga. Leal les marcó un ropero y una mesita, pero lo que encontraron no conformó a los delincuentes.
Fue entonces que decidieron marcharse con “el Colorado” en un auto de la exmujer de la víctima.
A partir de entonces, comenzó una sucesión de varios llamados a los teléfonos celulares de la exconcubina y de la hermana de Leal: los captores pedían 30 mil pesos, según denunciaron luego las mujeres.
Sin embargo, una hora y cuarto después, las comunicaciones se cortaron por completo.
Justo en ese momento, el sereno de una cantera ubicada debajo de un puente de la Circunvalación en el camino que conduce a Chacras de la Merced (entre los desvíos a las rutas 19 y 9), en la misma zona de la ciudad, advirtió que frenaba un Chevrolet Corsa y en segundos volvía a acelerar.
Al acercarse, notó un bulto. Era Leal, envuelto en una frazada, ya sin vida. Tenía dos balazos, uno en cada pierna.
La autopsia determinó que le dispararon con una pistola Colt 11.25 (que es denominada “arma de guerra”) y que uno de los proyectiles le perforó la arteria femoral: murió desangrado.
El sereno luego declararía que el helicóptero policial sobrevolando la zona con su enorme luz lo había alertado de que algo grave acababa de suceder.
Por lo general, los narcosecuestros no llegan a oídos de la Justicia, ya que las víctimas prefieren negociar por su cuenta porque también tienen mucho para perder si los investigadores comienzan a husmear alrededor de ellas.
Pero, en este caso, tanto la exconcubina de Leal como su hermana sí se habían apresurado para denunciar lo sucedido.
A los investigadores nunca les cerró la manera en la que le dispararon al “Colorado”. “Si lo querían matar, le pegaban directamente en la cabeza, no se entiende qué pasó”, aseguraron en aquella oportunidad y lo reiteraron ahora.
“Vos te Venís con nosotros”, le dijeron los dos hombres armados a leal cuando ingresaron en su domicilio.