“Ransomware”: no tengas miedo, tené cuidado
Este martes, “los hackers” sacudieron al mundo con una nueva “amenaza global” en forma de ransomware que “tomó de rehenes” a “miles de computadoras” de “varios países” de Europa y a “algunas empresas” de Estados Unidos. Las comillas no responden a una compulsión por las citas textuales, sino a la intención de reflejar los datos que se repitieron en cables de todas las agencias y titulares de diarios de todo el mundo. Así de vagos y poco precisos. Para colmo, Petya, el de ahora, es peor que el WannaCry, el
ransomware que en mayo “secuestró” miles de computadoras en todo el mundo. Y si bien no se trata de minimizar el accionar de este tipo de malware sumamente dañino y que pide rescate para que el usuario afectado pueda volver a acceder a sus archivos, hay datos concretos que llaman la atención en los últimos dos ataques que tuvieron lugar en mayo y junio.
Uno de ellos es la recaudación que las cuentas asociadas a las billeteras en bitcoin detrás de WannaCry consiguieron tras el ataque global de mayo: 42 mil dólares (el equivalente a 18 bitcoins de acuerdo con la cotización del martes) a partir de poco más de 150 transferencias. Para ser un ataque planetario, digamos que los cibercriminales se llevaron un botín más bien modesto.
A quienes estuvieron detrás de Petya, que este martes golpeó las computadoras de empresas e instituciones como la naviera danesa Maersk, el grupo francés Saint-Gobain y la farmacéutica estadounidense Merck, les estaba yendo algo mejor: a las 15 de este martes (hora argentina) contabilizaban 27 transferencias que sumaban alrededor de 7.000 dólares. Así y todo, sigue siendo poco, excepto para las firmas de ciberseguridad que cotizan en Bolsa y que vieron sus acciones subir como en globo ante la perspectiva de que haya más inversión en el rubro.
Como está visto que la mayoría de las empresas no paga rescate alguno, sino que recurre a backups o copias de seguridad, cabe concluir que los millones de dólares en pérdidas, inversiones