La democracia se defiende votando
El fastidio y el desgano dominan a la sociedad en relación con las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso), que se desarrollarán hoy en todo el país.
Por distintas razones, estos comicios no generan interés en los electores. Hay amargas quejas sobre el costo del proceso electoral, porque no define nada y se repetirá en octubre, cuando en verdad se sufrague para nominar a los diputados nacionales y senadores nacionales en la mitad de los distritos (en nuestra provincia no se votará para seleccionar representantes a la Cámara Alta).
Este sistema fue sancionado en 2009 y es válido sólo para comicios nacionales (aunque varias provincias tienen su propio régimen de primarias abiertas). Rigió por primera vez en las elecciones de 2011.
Los detractores también argumentan que fue una jugada del fallecido expresidente Néstor Kirchner para evitar que quienes no fueran candidatos de un partido se presentaran por fuera de las estructuras de esa fuerza.
Con los años, la propia Cristina Fernández vulneró esa estrategia, ya que, en vez de competir en la interna, eligió retirarse del justicialismo y armar una alianza basada en lo que fue el Frente para la Victoria, por fuera del PJ. Más allá de esas objeciones, las Paso son el mecanismo consagrado por ley y, hasta que se modifique, habrá que respetarlo, valorarlo y defenderlo. Esa es la forma de respaldar y consolidar el sistema democrático conseguido con un esfuerzo encomiable de la población. Si sólo recordamos los terribles años provocados por la última y sangrienta dictadura militar, no quedan dudas.
La sociedad debe ir a votar y comprometerse para elegir a quienes considera los más capacitados para defender los intereses de Córdoba en el Congreso.
Sin dudas estos comicios no son tan atractivos porque, además de no ser definitivos, tampoco seleccionan representantes a cargos ejecutivos, como lo son el presidente, el gobernador o los intendentes. Sin embargo, no debe soslayarse la importancia de los parlamentarios, representantes en el Poder Legislativo de la Nación, puntal del sistema republicano y uno de los tres poderes del Estado.
Votar es un compromiso, un acto cívico mayor que sirve para seguir edificando los pilares del sistema democrático. Más allá de las falencias de las limitaciones que pudieran reprocharse, hoy es un día en el que la palabra ciudadano tiene un valor mayúsculo.
Hoy el poder del ciudadano de a pie es inconmensurable. Tiene en sus manos un arma fundamental: el voto. A partir de allí, se construye o se sigue construyendo el país que todos los argentinos soñamos. Comprometerse y asistir a las escuelas y votar es un paso fundamental.