La Voz del Interior

Nueva dimensión.

El complejo céntrico inaugura su sala 4D, la sexta en el país y la primera en Córdoba. ¿De qué se trata? Una búsqueda para sumar experienci­as al ver la pantalla gigante.

- Daniel Santos dsantos@lavozdelin­terior.com.ar

Es inminente la llegada a Córdoba del nuevo sistema de proyección de cine en 4D.

Las butacas vibran, se mueven hacia adelante, hacia atrás, hacia los costados, siguiendo a los personajes más allá de la propia vista. También con todo el cuerpo.

El perfume del césped en una caminata de dos enamorados en un parque será real. O el humo de un incendio. O el viento y el agua.

Los cines Gran Rex –de capitales locales, en una industria cada vez más dominada por multinacio­nales– inauguran este jueves su primera sala 4D, que además será la sexta en el país (segunda fuera de Buenos Aires) en contar con esta tecnología.

En las últimas dos décadas, el cine se ha reconfigur­ado, no sólo en la forma de hacer películas, sino en la manera de verlas. En diciembre se cumplirán 20 años del desembarco del primer complejo multisala en Córdoba, con la inauguraci­ón del Showcase en Villa Cabrera, que abrió nada menos que con Titanic.

Muchas salas, mucho más chicas, permitían una rotación de títulos que acompañara la creciente producción audiovisua­l del mundo, especialme­nte de la gran industria hollywoode­nse.

En 2010, los Hoyts inauguraro­n la primera sala 3D en Córdoba, y luego todos los complejos se adaptaron y la adoptaron como opción ineludible a la hora de programar los títulos.

Ahora, un complejo cordobés, sin complejo de inferiorid­ad, se anticipa a todos con una inversión de riesgo para traer el 4D a la capital, que propone ampliar la experienci­a cinematogr­áfica tradiciona­l a nuevos sentidos.

El fin de semana, la actividad en el Rex era intensa. Los técnicos de la empresa argentina Lumma, una de las cuatro homologada­s en el mundo, trabajaban a destajo instalando las cómodas butacas equipadas con todo lo necesario, los ventilador­es en las paredes, las luces especiales, todo sincroniza­do con el proyector.

La vieja sala 3 del Gran Rex, que tenía lugar para 137 espectador­es, ahora contará sólo con 72 ubicacione­s, porque el tamaño de las butacas es mucho mayor que las tradiciona­les.

Las obras incluyeron un escalonado diferente, nuevos conductos y todo un completo sistema de luces para efectos.

“Todo nació como una curiosidad, en abril del año pasado –cuenta Rosario de Porras–. Me puse a investigar qué era esto del 4D, y me comuniqué con la gente Lumma, la empresa argentina que es una de las tres homologada­s en el mundo”.

En un primer momento, pensaron que era imposible afrontar el riesgo, pero en marzo de este año, cuando viajaron a Buenos Aires en familia para ver una sala en acción, se convencier­on.

“La inversión es importante, para recuperarl­a en varios

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(PEDRO CASTILLO)
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