Nuevo caso polémico de asesinato en defensa propia
En San Francisco, Juan Santillán ultimó a un hombre de dos balazos, uno en la nuca. Para el fiscal, tal como sucedió en el caso del veterinario, el asalto domiciliario nunca existió.
SAN FRANCISCO. Mientras no cesa la conmoción por la detención del veterinario que, semanas atrás, mató a un joven en su negocio, aduciendo que se trataba de un delincuente que quería robarle, cuando aparentemente todo era falso, otro caso similar sacude a esta ciudad del este cordobés. Se trata de otro drama en el que quien decía ser una víctima se convierte ahora en un supuesto victimario.
El protagonista de esta historia es Juan Carlos Santillán, un vecino de 64 años, quien el pasado 3 de octubre mató en su vivienda de dos balazos a Germán Benavídez, quien tenía 34 años.
Santillán dijo que Benavídez había entrado a su hogar para robar con un cuchillo.
El fiscal Bernardo Alberione, tras analizar distintas pruebas y testimonios, descartó la versión del asalto, imputó a Santillán por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, lo detuvo en las últimas horas y lo mandó directo a la cárcel de San Francisco.
Para el funcionario, Santillán mató a su rival en el marco de una violenta pelea derivada en una discusión por el arreglo de una moto de dudosa procedencia.
Sin embargo, más allá del móvil del crimen, el fiscal entiende que el vecino, que en un principio había esgrimido una situación de “robo con legítima defensa”, en realidad remató a su rival por la espalda (con un disparo en la nuca), luego de balearlo en un hombro. Después, supuestamente, intentó montar una escena de pelea en la vivienda.
No sólo que se habría efectuado cortes él mismo con un cuchillo de cocina en distintas partes del cuerpo, sino que habría dejado esa arma blanca en poder del fallecido para engañar a los policías.
Por otro lado, el fiscal está convencido de que Santillán arrastró al hombre asesinado desde el ingreso de la casa hasta la parte posterior para intentar darle verosimilitud a la historia del robo domiciliario.
El cuerpo de Benavídez, el fallecido, tiene rastros de arrastre en su espalda, según informaron fuentes con acceso a la causa.
El drama sucedió en la madrugada del pasado 3 de octubre en la casa de Santillán, en calle Amadeo Belén Cabrera 1226, del barrio San Cayetano, en San Francisco.
En un primer momento, Santillán había sido imputado por homicidio en exceso de legítima defensa, y el pasado jueves recobró la libertad, pero la confirmación de nuevos peritajes determinó que se la agravara la imputación y sea nuevamente detenido.
Preventiva al veterinario
Por otro lado, el fiscal Alberione dictó la prisión preventiva del veterinario Hernán Vietti Colomé (40), ya que sospecha que asesinó a Jorge “Turco” Jaider (57) en el marco de una disputa personal y no en medio de un episodio de inseguridad, tal como se especulaba en un primer momento.
El fiscal imputó al veterinario por el delito de homicidio calificado por alevosía. En caso de condena, la pena es prisión perpetua.
Días atrás, se realizó la audiencia de control, en la que el defensor del veterinario, Marcos Tognon, solicitó la excarcelación. Esta petición fue rechazada por la jueza de Control, Teresa Garay.
El pasado 22 de setiembre, el veterinario Hernán Vietti Colomé mató a golpes a Jaider en su comercio de San Francisco.
El hombre dijo que se había tratado de un asalto. En un primer momento, fue imputado por exceso en la legítima defensa y quedó en libertad.
Sin embargo, la investigación siguió avanzando y no sólo fue descartada la tesis del robo, sino que todo dio un giro inesperado.
Ahora, se cree que Vietti Colomé habría contratado sicarios para atacar a un familiar y que en ese marco había comenzado a ser extorsionado. Esta extorsión derivó supuestamente en el crimen.