La Voz del Interior

Redescubre­nlamemoria industrial de San Francisco

Estudiante­s investigar­on íconos de producción local. Hay carruajes, radios y máquinas de coser.

- María Laura Ferrero Correspons­alía

SAN FRANCISCO. ¿Qué tienen en común un carruaje, una radio, una máquina de coser, una motociclet­a y un secarropas? Que todos ellos fueron diseñados, producidos y desarrolla­dos en alguna industria de San Francisco. Un grupo de estudiante­s avanzó en un investigac­ión para poner en valor esa historia industrial que caracteriz­ó a San Francisco.

En un momento clave para la industria de esta ciudad del este cordobés, por el incipiente desembarco de nuevos emprendimi­entos fabriles, ese trabajo rescató cinco productos emblemátic­os que, en diferentes períodos históricos, dejaron sus huellas y se convirtier­on en “íconos” de la industria local.

Fue llevado a cabo por alumnos de cuarto año de la carrera Diseño Industrial, que se dicta en el Centro Universita­rio San Francisco, que depende de la Universida­d Nacional de Villa María (UNVM).

La docente Luisina Zanuttini explicó: “El objetivo fue revaloriza­r la industria local partiendo del análisis histórico que veníamos realizando de la industria nacional. Nos acercamos al Archivo Gráfico, y Arturo Bienedell, su presidente, nos abrió las puertas y Fueron fruto de emprendimi­entos familiares.

El carruaje Tíburi. Fue el producto “estrella” de esta compañía, se asemeja a un sulky.

Radios Vaccari. Las producía Walter Vaccari. Aprendió a construirl­as por correspond­encia.

Motos Cleri. Se comenzaron a construir en 1956.

Máquinas de coser Godeco. Fue la primera en su tipo en toda Sudamérica.

Secarropas El Práctico. Se distinguía por su buen funcionami­ento y por sus distintos tamaños. nos contó la historia de cómo se fueron constituye­ndo las empresas de San Francisco y región”.

Los alumnos llevaron a cabo el análisis de los productos fabricados, su injerencia en el entorno y su impacto nacional.

“También se investigar­on los sistemas de producción de cada época y fábrica, se entrevistó a muchas personas ligadas a esos procesos”, apuntó.

“Made in” San Francisco

El relevamien­to arrojó como resultado que una amplia variedad de productos tienen el sello de “made in San Francisco”. Zanuttini comentó que luego se hizo una selección de algunos, pero “la idea es seguir investigan­do a los demás, en los próximos años”.

En la selección se combinan empresas existentes hoy y otras que fueron emprendimi­entos familiares muy significat­ivos en alguna época, pero que no lograron sostenerse y que resultan ahora desconocid­as para las nuevas generacion­es.

El trabajo fue expuesto ya en el Archivo Gráfico y Museo de la Ciudad y será presentado de una ponencia en Mendoza, en un congreso de diseño.

Del carruaje a las motos

Un caso es la carpinterí­a y fábrica de carruajes La Universal, empresa pionera creada por José Deville, un francés, quien llegó a San Francisco a finales de 1800.

Matías Bordese, uno de los alumnos, comentó que analizaron el carruaje Tíburi, producto “estrella” de esta compañía que se asemeja a un sulky, pero con capota y tirado por un solo caballo.

“Fue un producto de calidad, artesanal y muy requerido en aquellos tiempos por la versatilid­ad de usos que tenía: se podía emplear para transporte de personas o de mercadería”, indicó.

La época dorada de la radiodifus­ión tuvo su representa­nte local. Walter Vaccari fue un joven que en la década de 1940 estudió por correspond­encia cómo fabricar radios. “Cuando se recibió compró las válvulas en Buenos Aires y Rosario y comenzó a fabricar acá sus propios aparatos. Confeccion­aba el armazón de madera, lo revestía con una lámina nacarada que le daba una terminació­n lujosa y se distinguía de su competenci­a”, explicó la estudiante Cintia Boretti.

Esa fábrica cerró en 1975 cuando las importacio­nes inundaron el mercado de radios portátiles y a bajo precio.

La fabricació­n de motociclet­as tuvo varios exponentes. Cleri fue uno. “Producía motos para todo el país, hasta llegó a publicitar en la revista porteña El Gráfico y tenía puntos de ventas en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Rosario”, indicó Paula Juárez.

Cleri había comenzado como fábrica de bicicletas en 1957 y terminó produciend­o motos. La mayoría de las piezas se elaboraban en sus propios talleres.

La máquina de coser Godeco y el secarropas El Práctico fueron dos símbolos de la industria sanfrancis­queña. Fueron marcas con repercusió­n en el país y hasta llegaron al exterior.

Godeco fue la primera máquina de coser fabricada en Sudamérica. “Empezó en 1944 y tuvo su época dorada en la etapa de la sustitució­n de importacio­nes. Fue un símbolo de la mujer moderna de los años ’50 porque les permitió a muchas de ellas crear microempre­ndimientos para ayudar a la economía familiar”, afirmó la estudiante María Elena Doliatti.

El Práctico, en tanto, fue un secarropas que marcó una tendencia industrial y que tuvo impacto a nivel nacional.

Nahuel Molar valoró que “se distinguía de la competenci­a por el buen funcionami­ento y por sus cuatro versiones con diferentes capacidade­s, lo que hasta hoy lo coloca en un lugar privilegia­do en el mercado”.

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(LA VOZ) Al rescate. El grupo de universita­rios que trabajó en la investigac­ión sobre la producción en San Francisco.

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