El futuro de Cataluña se reescribe desde hoy
La región y toda España, en vilo por réplica de Puigdemont al ultimátum de Rajoy. Las incógnitas podrían prolongarse hasta el jueves. El uso del artículo 155 abre más polémica.
Una vía lleva al diálogo; la otra, a un choque de consecuencias imprevisibles. La crisis institucional más grave de las últimas décadas en España vivirá su semana decisiva a partir de hoy. A las 10 de la mañana en España –las cinco de la madrugada en Argentina–, habrá vencido el plazo fijado por Madrid al Gobierno de Cataluña para que responda si ha declarado o no la independencia la semana pasada.
Parte de la prensa y del Gobierno central de Madrid creían anoche que el presidente de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, confirmaría hoy la ruptura con España, precipitando así una intervención inédita del Estado en la región. Pero tampoco descartaban una marcha atrás en el plan secesionista en aras del diálogo o la convocatoria a elecciones.
En medio de la expectativa ante otra semana que podría ser histórica, Puigdemont evitó ayer dar indi- cios sobre su respuesta y se limitó a prometer que se fundamentará en valores “cívicos y democráticos” en las “horas difíciles y a la vez esperanzadas que vive Cataluña”. “Queremos reiterar nuestro compromiso con la paz, el civismo, la serenidad y también la firmeza y la democracia como inspiradores de las decisiones que hemos de tomar”, dijo 24 horas antes de que venciera el ultimátum español.
El mandatario catalán proclamó la independencia el martes pasado en el Parlament regional, pero la suspendió para pedir diálogo con Madrid: un escenario confuso que refleja las presiones cruzadas que afronta. Al día siguiente, el Gobierno de Mariano Rajoy le dio plazo hasta hoy para aclarar si había declarado o no la independencia.
Según el últimátum, si Puigdemont confirmara la declaración o no respondiera al requerimiento, tendría un nuevo plazo hasta el jueves para rectificar y volver a la legalidad. Si no lo hiciera, Rajoy aplicará el artículo 155 de la Consti- tución, que permite forzar a una región a cumplir con sus obligaciones, adoptando las “medidas necesarias”. Sería la primera vez en la historia que España activa ese artículo, comparado con una “bomba atómica” por fuentes del Tribunal Constitucional citadas en el diario El Mundo: “Está ahí como amenaza, pero a nadie se le ha pasado nunca por la cabeza que hubiera que aplicarlo”.
Mientras, Puigdemont pasó un fin de semana tironeado entre dos frentes y con fuertes presiones.