El TPIY se despide con una perpetua
A los gritos, como en sus tiempos al frente de las tropas serbobosnias en los convulsivos Balcanes de los ’90, Ratko Mladic le demandó al juez el aplazamiento de la sesión. Acusaba una crisis de hipertensión. Pero el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) no quiso más dilaciones y envió al exgeneral a una sala contigua, desde donde vio por televisión cómo se lo condenaba a prisión perpetua por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. La justicia llegó 22 años después.
Con esta resonante condena, la corte creada por la ONU en 1993 para juzgar crímenes cometidos en la ex-Yugoslavia desde 1991 se despide de sus funciones. A partir de 2018, los casos pendientes quedarán en manos del Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales (MTPI).
En sus casi dos décadas y media de funcionamiento, el tribunal instalado en La Haya e integrado por 16 jueces acusó a más de 160 personas y dejó varios hitos. Como las condenas al líder serbobosnio Radovan Karadzic, “el Carnicero de Sarajevo”, y a Biljana Plavsic, la más famosa criminal de guerra. También inició procesos que no llegaron a su fin por el fallecimiento de los implicados, como ocurrió con el expresidente serbio Slobodan Milosevic o el exmandatario croata Franjo Tudjman.
Más allá de las críticas que recibe por presunta tendencia contra el bando serbio y por la dilación de los procesos, el TPIY constituye un hito en sí mismo, ya que les dio un nuevo perfil a las relaciones multilaterales para el enjuiciamiento de criminales de guerra. Ese es su legado.