Defensa apunta a la Marina, pero esperaría para hacer cambios
La suerte del jefe de la Armada, Marcelo Srur, será definida apenas se conozca con precisión qué pasó con el submarino. Cerca del ministro Oscar Aguad dicen que el Presidente ya le expresó su respaldo. Numerosos cuestionamientos a la cúpula de la fuerza
BUENOS AIRES. Desde el Ministerio de Defensa hacen recaer todo el peso de la responsabilidad institucional y política por lo sucedido con el submarino ARA San Juan sobre los mandos de la Armada. Incluso hacen extensivo el malestar gubernamental hasta el propio Presidente con relación a los jefes navales.
Pero esta posición del Edificio Libertador, sede de Defensa, contrasta con la que pudo escucharse ayer en cercanías de Mauricio Macri. Allí negaron que el jefe de Estado haya tenido un malestar particular con los jefes de la Armada. Precisamente, sobre el mediodía de ayer, una fuente de la Jefatura de Gabinete buscó en la Casa Rosada marcar esa diferencia. “Es mentira el enojo del Presidente con la Armada y que haya ordenado que caigan cabezas”, dijo bajo estricta reserva.
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, fue el encargado de informarle al presidente Macri sobre la novedad que, cerca del mediodía, daría a conocer en conferencia de prensa el vocero de la Armada, capitán de navío Enrique Balbi.
Se trataba de la confirmación por parte del embajador argentino en Austria, Rafael Grossi, de que el ARA San Juan sufrió una explosión (en rigor, habría sido una implosión) pocas horas después de haber mantenido su última comunicación con tierra la mañana del miércoles 15 pasado.
Antes, Grossi se la había trasmitido a su jefe inmediato, el canciller Jorge Faurie, quien a su vez se la trasladó a Aguad.
En compañía del secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación, Fulvio Pompeo, quien depende directamente del Presidente, Aguad le comunicó la novedad a Macri durante una reunión en Olivos que duró alrededor de una hora, a partir de las 8.30 aproximadamente. “Preocupación y angustia”, fueron los sentimientos con los que reaccionó el Presidente, contó un colaborador.
El malestar en Defensa por el comportamiento de los mandos de la Armada desde el momento mismo de la desaparición del submarino es creciente. Ayer pudo constatarse después de que el ministro Aguad siguiera desde su despacho la lectura del informe matutino del vocero Balbi. Extrañeza, por decir lo menos, fue la reacción ante la virtual confirmación de la explosión sin tener en consideración, se escuchó decir cerca del él, por la angustia de los familiares de sus tripulantes en la base de Mar del Plata.
“Han convertido en mártires a los 44 tripulantes”, dijo una fuente gubernamental que anticipó que serán considerados como tales por el Gobierno nacional en los próximos días. Pero lo que podría entenderse como algo positivo no lo es en la evaluación que se hace en Defensa, particularmente, por el manejo que hizo la jefatura de la Armada, con su jefe Marcelo Srur al frente. La lista de cargos que hacen en Defensa empieza por lo que consideran al menos una impericia inicial: haberle ordenado al ARA San Juan continuar su viaje a Mar del Plata en vez de retornar a Ushuaia, de donde estaba próximo cuando la mañana del miércoles 15 informó de su avería en una batería.
Pero también porque Aguad se enteró por los medios de la desaparición. Tuvo que retornar de apuro de Canadá y hasta fue carne de una “operación de inteligencia”, dicen, cuando se hizo eco el sábado pasado de las supuestas siete llamadas telefónicas breves que habrían provenido del submarino, lo que se probó inexacto.
Cerca de Aguad aseguran que ayer no fue necesario que Macri le reafirmara su confianza en el cargo que ocupa desde julio porque ya lo hizo, y delante de los mandos navales, cuando se interiorizó de las tareas de búsqueda junto al ministro y a Pompeo, en su visita del martes al edificio Libertad.
La suerte de Srur al frente de la Armada será cuestión de horas, una vez que se termine de conocer la situación definitiva del ARA San Juan y de su tripulación. La de Aguad, en cambio, es por ahora incierta. Dado el estilo del Presidente, difícilmente lo desplace apenas amaine la tormenta.
PREOCUPACIÓN Y ANGUSTIA FUERON LOS SENTIMIENTOS CON LOS QUE REACCIONÓ EL PRESIDENTE, CONTÓ UN COLABORADOR.
UNA CRÍTICA A LA MARINA ES QUE SE HAYA ORDENADO AL ARA SAN JUAN SEGUIR SU MARCHA HACIA MAR DEL PLATA.