Una disputa sin tregua ni retroceso
Todo comenzó en 2010 cuando el actual intendente Esteban Avilés era concejal opositor y quien gobernaba la ciudad era el radical Carlos Felpeto. Desde el cuerpo legislativo, el mandatario actual pugnó para que el municipio no le renovara el contrato de concesión del agua a la Cooperativa Integral y ganó esa pulseada. Tras asumir su primera gestión en 2011, agudizó el enfrentamiento y en uno de sus discursos públicos anunció la expropiación de las acciones de la cooperativa en la empresa mixta que conforma junto con el municipio para la prestación el servicio de gas natural (Carlos Paz Gas).
Tras la reelección de Avilés en 2015, llegaría –en años sucesivos y en escenarios similares– la determinación de dejar en manos del municipio el servicio de agua y el anuncio de no renovar el contrato de concesión de cloacas. La Coopi se quedaría sin nada en Carlos Paz.
Desde la cooperativa se denuncia una política de “exterminio y asfixia” que entró en vigencia desde la llegada al poder del intendente. Desde el Ejecutivo se acusa a la entidad de avanzar contra las leyes y relacionarse con el municipio con “rebeldía institucional”. Ambos cuestionan los intereses políticos... del otro.
Ante la agudización del conflicto y la novedad del fallo judicial del Tribunal Superior de Justicia favorable a la postura del municipio para reestatizar el servicio de agua potable, se espera un verano caliente en la política de Villa Carlos Paz.
Ayer, el intendente alertó sobre esta posibilidad y acusó a los dirigentes cooperativistas de “violentos”. Desde la Coopi replicaron que lo que busca el intendente es callar una voz disonante de sus ideas.
Como en otras ciudades, la discusión por espacios de poder y por la caja de los servicios es evidente. Pero en Carlos Paz se acentuó al máximo.