Un perpetuo hambre de curiosidad
Damo Suzuki dice que su estilo libre y experimental es “provocador” y que su plan (estético y de vida) es no tener plan. Recomienda viajar y comer sano. Hoy actúa en Córdoba, en el marco de una gira interminable.
El japonés Damo Suzuki ha vivido en la ciudad y en el campo, ha experimentado la vida en comunidad, ha vagado sin rumbo, ha conocido el mundo a lo ancho y a lo largo y, como vocalista del grupo alemán Can, ha llevado la experimentación musical a extremos tan fascinantes como desconcertantes.
Este sedimento de experiencias traerá a Córdoba esta noche, cuando su humanidad de 67 años se exponga a lo que generen en tiempo real los músicos de la banda platense El Mató a un Policía Motorizado (Santiago Motorizado, Chatrán Chatrán, Niño Elefante y Doctor Muerte) y el guitarrista cordobés Andrés “Nono” Asia.
El show será un acto más de una gira interminable que Damo lleva adelante desde 1974, año en el que se abrió de Can para que su indómita luz encandile sin el corsé de un grupo estable. En definitiva, será un nuevo concierto espontáneo, en el que cualquier cosa puede pasar por la sencilla razón de que no hay plan alguno. “Tengo curiosidad acerca de muchas cosas. ¡Estoy hambriento de curiosidad! Me gusta, ya que me da una dirección, un sentido. La vida en sí misma es el proceso de aprendizaje, ojalá pueda experimentar muchos momentos interesantes”, le dice Suzuki a VOS alahorade fundamentar su modo de vida.
“El mundo es inabarcable, por lo que siempre hay países por recorrer e intereses en esto y lo otro. Viajar no debería ser solo movimiento geográfico. Lo mejor que podés hacer en tu vida es viajar, asimilar la vibración de cada espacio que te toque transitar, e ingerir comida saludable. ¿Si tengo nuevos desafíos después de haber vivido lo que he vivido? Sólo ser Damo Suzuki es lo suficientemente satisfactorio para mí”, añadió el músico, que por más que haya pasado a la historia por vocalizar en un grupo vanguardista de comienzos de los ’70, se lo considera puntal del afterpunk, un movimiento que recrudeció a fines de esa década.
“El punk no existía en mi perío- do con Can sino que llegó a fines de los ’70, un momento en el que no hice música y estuve muy lejos de la creatividad en ese punto. Aun cuando la palabra punk no existía, fui provocativo y viví fuera del sistema. En realidad, eso es lo que hice siempre. ¿No creés que lo que estoy haciendo ahora es lo suficientemente provocativo?”, dispara sobre la arbitrariedad conceptual expuesta arriba.
–¿Acaso usted es un músico que, desilusionado de la industria de la música, buscó una alternativa real?
–No tengo que buscar una alternativa, sólo soy Damo Suzuki. Es mi estilo de vida, mi misión. Honestamente, no pienso en la industria. Vivo en un sistema diferente; me gusta así.
–¿Cómo organiza estos conciertos de pura improvisación? Descuento que no tiene setlist.
–Yo creo el tiempo y el espacio del momento con los portadores locales del sonido. Por supuesto que no tengo lista ni ensayo. La Red de Damo Suzuki es una fuente creativa igual para cada portador de sonido que se una. No hay plan en absoluto.
–¿Es el idioma inglés el que mejor se adapta a todo, incluso a su improvisación anárquica?
–Todos los idiomas tienen su misión ya que todos en el mundo tienen uno. No debería ser el inglés el conductor de nuestras improvisaciones. El inglés es el idioma de los países ganadores de la Segunda Guerra Mundial, quienes también forzaron al resto a asimilar su cultura.
–¿Qué recuerda del Japón de la posguerra en el que nació y creció hasta ser un adolescente?
–Me huele a nostalgia pensar en eso. Recuerdo haber estado hambriento de cultura occidental... Japón fue Japón. A través del Plan Marshall, la cultura estadounidense capturó al joven Japón... Lamentablemente, Japón aún es parte de los Estados Unidos.