Para evitar tragedias en piletas y ríos
El calor incrementa las situaciones de riesgo.
Según la Sociedad Argentina de Pediatría, los accidentes en el agua suponen la segunda causa de muerte (después del tránsito) en niños y adolescentes. El ahogamiento se registra con mayor frecuencia en niños de entre 1 y 4 años, en general en ámbito doméstico o piletas, y en preadolescentes y adolescentes, principalmente en ríos o lagos por no respetar las normas de seguridad.
En el hogar, una de las medidas clave de prevención es vaciar una pileta de juguete cuando se termina la jornada.
El susto del chico también puede generar accidentes. Por ejemplo, cuando se dice que un niño menor a 3 años puede ahogarse en 10 centímetros de agua, que esté colocada por caso en un balde, es porque usualmente el niño se cae, se golpea, se asusta, abre la boca y aspira, lo que hace que entre agua en los pulmones. Aunque lo principal es evitar el accidente, conocer maniobras de resucitación cardiopulmonar contribuye a que la emergencia tenga un mejor final.
El Ministerio de Salud de la Provincia, así como hospitales públicos y otras entidades, como la Cruz Roja y la Fundación S3, organizan durante todo el año este tipo de capacitaciones. Por otro lado, tanto niños como adultos pueden sufrir un accidente por realizar malos cálculos a la hora de tirarse a la pileta o al río.
Antes de los 4 años, es muy difícil que un niño asuma que una acción sea peligrosa para su vida, por lo que la concientización debe estar enfocada en los adultos. Los hermanos mayores no deben estar a cargo de los menores.