Los Osorio: la bailarina y el futbolista
Aldo y Nadia, tío y sobrina, se dedicaron al fútbol y a la danza, respectivamente. A ambos los une la pasión y el sacrificio, gracias a los cuales cada uno llegó a brillar.
La primera impresión evidencia el contraste: Nadia ingresa a la habitación para la entrevista como si estuviese flotando, menudita y con su contextura liviana. Con Aldo pasa lo contrario: grandote, alto, acostumbrado a “fajarse” con los rudos defensores de primera en el área, su presencia es imponente.
Ante la pregunta sobre quién sabe más, si la bailarina de fútbol o el futbolista de danza, en este caso Nadia no lo duda: “Obvio que yo de fútbol. Con mi padre y mi tío jugadores y hablando todo el día no me quedó otra. Y aparte me gusta”. Aldo agrega que él va aprendiendo. “De escucharla a ella, de haberla visto, algo sé”.
A tío y sobrina los une el sacrificio, el esfuerzo, el empeño y la pasión por llegar. Con varios años de diferencia, quien primero tomó notoriedad fue Aldo, que aunque recorrió varios clubes y países, con sus goles en Talleres se volvió un ídolo en Córdoba. Ambos comenzaron a los 17. “A esa edad me fui a vivir sola, con todo lo que eso implica, pero siempre tuve el apoyo de mi familia. Mi mamá, fundamentalmente, y lógicamente mi papá”, dice Nadia.
Aldo también se fue a los 17 para comenzar su carrera en Huracán, y luego debutar en Argentinos Juniors. Sin embargo, aunque nació en San Nicolás de los Arroyos, se considera casi un cordobés.
“Lo de Talleres fue increíble. La gente se brindó conmigo como en ningún otro lugar. Es imposible despegarme. De hecho, con mi hermano (Oscar, también con pasado albiazul) tenemos una casa acá y estamos siempre pendientes de la T”, dice “El Arcángel del gol”.
La notable bailarina
Tras el retiro del goleador, la que comenzó a llamar la atención en el mundo de la danza fue Nadia. Poseedora de un currículum notable, se ha lucido en escenarios del país y el mundo.
Con estudios desde los 7 años, y formación en Carlos Paz y Córdoba, Nadia ganó importantes concursos como el de CIAD y la preselección del Prix de Lausanne, viajando a Suiza para competir. En su paso por el Colón, Ricky Pashkus, director del ballet de Julio Bocca, le otorgó una beca completa en la academia y pudo, además, participar de la recordada despedida del gran bailarín argentino en el Obelisco. Tras un trascendental paso por el American Ballet de Nueva York, regresó para formar parte del Ballet Argentino junto a Eleonora Cassano y Hernán Piquín. En 2009, recorrió el mundo con el ballet de Iñaki Urlezaga, para asentarse desde 2010 en el Argentino de La Plata donde se desempeña como primera bailarina. “Es un trabajo que requiere mucha disciplina, constancia, ser muy detallista y crecer constantemente. Siempre uno tiene un desafío, con los personajes, con crecer técnicamente y evolucionar”, cuenta ella, que agradece poder vivir de lo que le gusta.
Si bien Aldo tuvo su coqueteo con la farándula ocupando tapas de revistas de chimento a raíz de su intensa relación con la actriz Nazarena Vélez, nunca se animó a participar de un reality (su nombre sonó en Gran Hermano Famosos y en algún “Bailando”).
Ahora parece cambiar sus ganas, con el sueño de bailar con su sobrina: “Con ella sí iría”, bromea. “Ha bailando cada uno que creo que puedo aprender”, sube la apuesta el futbolista ante las risas de su talentosa sobrina.